lunes, 5 de marzo de 2007

Ser o no ser (padre) II

Luego de las polémicas inevitables que me han caído por todos los medios posibles acerca de la primera parte de este tema, y antes de proceder con lo prometido en esa ocasión, es decir estudiar por qué la gente quiere tener hijos a pesar de todo, tengo que hacer una aclaración adicional. Todo lo que he escrito refleja MIS ideas, MIS pensamientos, MI forma de ver las cosas; por lo tanto, me resulta incomprensible que haya quienes se ofendan a muerte por lo expresado, considerando que, hasta donde veo, en ninguna parte he incitado al aborto, a la violencia, a la falta de respeto a los derechos humanos, etc etc. Cada quién es libre de tener los hijos que quiera; mis observaciones iban a qué tan lógica era o podía ser esa decisión.

Pero pasemos a eso, justamente: por qué una pareja, tomando en cuenta o no los aspectos que planteé la vez pasada, se lanzaba al ruedo de la paternidad. Gracias a las críticas, a veces feroces que he recibido he logrado ampliar notablemente el espectro de razones posibles.

En primer lugar, existe lo que yo llamo el concepto de familia tradicional; es decir, una pareja casada considera lógico dar el siguiente paso y convertirse en padres. Esto sin ningún análisis previo: se asume que éste se efectuó antes del matrimonio, y sus conclusiones siguen siendo válidas después. Demás está resaltar la notable contribución a este punto brindado por la posición oficial de la Iglesia, que indica claramente que la procreación, a parte ser la única razón posible para el sexo, es también un pilar fundamental del matrimonio; tanto así que una de las pocas causales de disolución del vínculo responde a la incapacidad de tener hijos, si ésta no ha sido declarada al cónyuge. Sin embargo, dudo que todos los que se casan lo hacen para tener hijos: espero que alguien dé el gran paso porque está enamorado de su partner y quiere pasar el resto de la vida con él, no sólo porque quiere cambiar pañales...

Obviamente no estoy de acuerdo con ese punto de vista. Las razones a la base de una promesa de amor eterno hacia una persona debería fundamentarse justamente en eso, en los sentimientos profesados hacia la otra mitad del acuerdo... además de las mínimas condiciones de sostenibilidad económica a futuro. Por otra parte, el concepto de familia tradicional ya está bastante desacreditado al día de hoy como para llamarlo en causa: y muchas veces sus más acerrimos defensores terminan siendo los primeros que salen por la puerta trasera, se divorcian, abandonan a la pareja, no cumplen con sus hijos, etc. Un riesgo adicional e intrínseco a este concepto es el de obligarse a mantener en pié la ficción de un matrimonio sólo for the kids: cuando a veces cortar por lo sano sería mejor y no expondría a los pequeños a tensiones diarias, o cosas peores. En resumen, me parece mejor y más lógico separar las dos cosas, matrimonio e hijos, para evitar que los problemas de uno terminen arenándose en el otro.

Otro aspecto es la clásica y freudiana necesidad sentimental: tengo un hijo para darle cariño a alguien. Creo que la idea se explica perfectamente en ese enunciado, asi que paso de frente a la crítica. Esa excusa la acepto si alguien me habla de una mascota, no de un ser humano que se encontraría reducido a la condición de objeto pasivo de las necesidades afectivas del padre, poco más que un peluche. Por otra parte, no tienen ya un esposo/a a quien querer? En fin... Hay otros que simplemente tienen hijos porque les gustan los niños. A estos no hay mucho que decirles, salvo recordarles que la hierba del vecino siempre es más verde: no es lo mismo jugar con los sobrinos que cambiar pañales a las tres de la mañana a los hijos de uno. Pero si tienen resistencia y buena predisposición, adelante.

Llegamos a un punto más delicado cuando alguien indica que necesita ser padre para sentirse realizado. Digo yo, esto por lo menos deberia suscitar alguna interrogante sobre la autoestima de quien lo sostiene. Realmente no existen otros campos de la vida en la que uno pueda alcanzar la excelencia y por lo tanto considerar que algo ha logrado? Claro, siempre hay quien dice que lo único que me falta es tener un hijo... como si esto fuera un escalón más de carrera, o un objeto más de status symbol que adquirir.

Salvo que lo que se quiere decir en este caso es que se desea transmitir conocimientos y experiencia a la descendencia... pero no se podía optar por la docencia? Y de todas maneras, qué pasa si al niño le importa un comino lo que se le quiere enseñar? Ni idea. Por otra parte, también tiene su peso el poder experimentar los éxitos de los hijos y sentir el orgullo paterno, aunque generalmente esto termine por poner demasiada presión sobre ellos, lo cual asumo es lo último que un padre responsable quiere para sus pequeños.

Y claro, no falta quien suelta la peor de las excusas que he oído: necesito a alguien que me cuide cuando sea viejo. Creo que se comenta sola...

La verdad, ninguno de los motivos aquí detallados me convence suficientemente como para dejar de lado todo lo expuesto en el post anterior. Creo que cualquiera de los puntos en contra termina teniendo más peso que cualquiera de los puntos a favor. Pero claro, si alguien me dice que tiene los recursos, las ganas, la paciencia, la capacidad y la madurez que se solicitaban allí, pues adelante.

El mundo nunca estará demasiado sobrepoblado para un niño más, siempre que venga al mundo por los motivos correctos y no por un simple capricho, o la pasión del momento.


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Y los incautos a la fecha son...