martes, 3 de marzo de 2009

(2 x 365 + 1) días después (?)

Han pasado dos años desde que empecé a escribir este blog. Cuando arrancó toda esta epopeya, muchas cosas eran distintas: era soltero, tenía mucho tiempo libre, la oficina era un oasis de relax, Bush seguía haciendo desastres en la Casa Blanca, el Milan galopaba hacia la victoria en la Champions...

Considerando todo, estoy bastante contento con como van las cosas aquí. He logrado mantener una cierta frecuencia en el posteo (1 o 2 artículos por semana), las visitas han mantenido un flujo constante, se ha ampliado mucho el número de países presentes en los registros (a la fecha, 101). Es cierto, me encantaría escribir sobre muchas más cosas, pero el tiempo a disposición para un mínimo de investigación es extremadamente reducido. Espero que esta situación cambie pronto... pero tampoco me quejo.

Haciendo un breve resumen, el top ten de visitas por países está liderado por España (3985) e incluye a 6 estados latinoamericanos: México (2484), Perú (2089), Argentina (1595), Chile (1214), Colombia (869) y Venezuela (652); los 3 lugares restantes están ocupados por USA (1573), Italia (878) y Alemania (284). El día con más visitas fue el viernes 7 de setiembre del 2007, con 134 visitantes, seguido por el 20 de octubre del mismo año (108) y el 8 de febrero del 2009 (88). El 55% de los navegantes usó Explorer, el 40% Firefox, y cada uno vio en promedio una página y media.

Y para cerrar en belleza, el ranking oficial de las páginas más vistas de estos 24 meses de El grito del mudo:

No está de más subrayar las 922 (!) visitas recibidas por Valkyrie en el último mes. Hace cuatro semanas ya comentaba sobre su subida espectacular, pero esto ya es demasiado... sólo 5 páginas han conseguido tantas visitas durante toda su existencia (que en el menor de los casos es un año y medio), ni qué decir de lograrlo 28 días! Se eclipsa así el record de visitas en un mes de Hilary Duff - Stranger (690 visitas en marzo del 2008) y calculo que en unos pocos días más tendremos un nuevo líder en el ránking.

jueves, 26 de febrero de 2009

Slumdog Oscar

Han pasado 4 días desde los Oscars. Lo sé, debo como mínimo la review de Slumdog Millionaire (en cualquier momento la posteo), pero me parecía más adecuado soltar algunas ideas sobre la ceremonia. Fue algo tan distinto a lo que estábamos acostumbrados (?) que merece un trato especial.

No puedo evitar echarme flores por mis predicciones, una vez más, aunque este año hubo tal sequía de sorpresas que todo el mundo puede exhibir altos porcentajes de éxito. En mi caso, 17 aciertos de 19 (89.5%) y con uno de los errores debido a la necia necesidad de buscar el golpe a sorpresa (Davis vs. Cruz en actriz de reparto); el otro, la victoria de Okuribito como película extranjera, bueno, eso no lo vio venir nadie. Mal comune mezzo gaudio... y no, no hablo del tenista (?). Mi crítico visitante necesita empaparse más con los (discutibles) gustos de la Academy, pero así hemos empezado todos... y en algún momento nos damos cuenta que en mejor vestuario Australia nunca le va a ganar a The duchess.

Pasando al análisis de la ceremonia en sí, tuvo sus altibajos, con puntos muy altos y absolutamente bienvenidos y puntos muy flacos y dignos de toda reprobación.Empecemos con las buenas noticias.


Lo bueno

1. Hugh Jackman: tenía la sensación de que podía hacer un buen papel, había leído críticas muy positivas de su paso por los Tony, pero no me esperaba tal grado de competencia escénica. Baile, canto, toques de comedia, y sobre todo (y aquí es mérito del guión) presencia mesurada. Al eliminar la necesidad de tener a alguien constantemente en el palco se redujo algunos minutos de ceremonia. Algo que alabo. Los dos mejores chistes de su presentación estuvieron relacionados con su Australia nativa: el primero, indicando como requisito para ser nominado este año el actuar en papeles extranjeros, como Kate Winslet, una inglesa haciendo de alemana en The reader, o Robert Downey Jr., un gringo haciendo de australiano que hace de negro en Tropic thunder... mientras que el pobre Hughie, australiano haciendo de australiano en una película llamada Australia, tiene que acontentarse de presentar los premios; el segundo, realmente delicioso, anunciando los grandes recortes que debían darse en los presupuestos de las películas, debido a la crisis económica, y que lo llevarían en próximo año, a actuar en una película llamada New Zealand.

2. El escenario: gran idea acercar al público, tanto en distancia como en altura, al punto que los premiados parecían estar al alcance de la mano de las primeras filas. Efecto conseguido con pocos toques: quitar la fosa de la orquesta (reposicionándola a un costado), ampliar la superficie del stage en dirección al público, reducir su elevación. Hasta creo que deben haber ahorrado dinero con eso.

3. El esquema de las premiaciones: agrupar los premios en grandes paquetes temáticos fue un golazo. Se redujo el número de presentadores entrando y saliendo del escenario, se mantuvo un ritmo excelente a lo largo de buena parte del show, se permitió dar variedad a los sets mientras se seguía un hilo lógico para toda la audiencia. Claro, la necesidad de hilvanar a los premios actorales a lo largo de la noche redefinió un poco el orden, pero la idea no está nada mal.

4. La introducción a los Oscars a mejor guión: me refiero tanto al dúo Fey-Martin, que deberían repetir todos los años y en cada premio que exista (gran ida y vuelta entre los dos, incluyendo el conclusivo don't fall in love with me!) como al tema, ya visto hace un par de premiaciones, de tener el texto escrito (y leído!) junto a una secuencia de la película nominada.

5. Las participaciones de Jack Black y Ben Stiller: el primero, disparando a sus empleadores de Dreamworks, al anunciar que todo lo que ganaba en sus películas lo multiplicaba apostándole a las cintas de Pixar a la hora de los Oscars, y festejando el triunfo de Wall-E sobre... Kung fu panda!; el segundo, con una imitación perfecta y disacrante de Joaquin Phoenix, ca. febrero 2009.

6. Los agradecimientos de los dos japoneses que ganaron: Kunio Kato (mejor corto animado) y su lista de interminables senkyu concluida con Domo arigato, Mr. Roboto (los 80's están de vuelta!); y Yojiro Takita (mejor película extranjera) y un memorable We'll be back!... I hope.

7. El silbido de Mr. Winslet: cuando todos pensábamos que Kate estaba camino al infarto, respiración pesada y taquicardia incluida, terminó generando el momento que quedará en la historia de estos premios. Agradeciendo a sus padres, a los que no ubicaba en el escenario, pidió que su daddy le silbara para poder verlo... y el inefable progenitor respondió a la altura de las circunstancias. Alucinante.


Lo malo

1. La alfombra roja: hay gente cada vez más incompetente ahí... no es posible que se mande a alguien que pregunte quién es la date de cada actor... cuando son sus esposas!!! Gosh!

2. El musical en celebración de los musicals: no llegué a ver la mano del gran Baz Luhrmann en esto. Me esperaba escenarios y vestuarios de antología (un trademark personal, cfr. el final de Moulin Rouge!), pero recibimos el enésimo collage soso y con Beyonce en el medio (basta ya!), los jovencitos de HSM y Mamma Mia! pasaron desapercibidos, duró demasiado (como todo número musical en los Oscars) y la expresión del mismo Baz al final no parecía del todo satisfecha... o sea...

3. El In Memoriam: quien haya sido responsable de ese momento debe ser radiado del showbiz ahora mismo. Tener a una cantante de las dimensiones de Queen Latifah frente al ecran: mal. No cortar nunca a las imágenes en full screen: mal. Tener cámaras flotantes a lo largo de todo el escenario, impidiendo leer lo que habían en la pantalla e incluso descifrar los rostros que desfilaban: mal. Un bodrio total.

4. Los montajes de resumen del año: si hay algo que detesto en los Oscars aún más que los números musicales, son los videos que no tienen nada que ver con lo que está sucediendo. Recuerdo haber visto en el pasado homenajes a los westerns, al cine bélico, hasta a la comida en el cine (??), pero este año se quitaron la careta y soltaron algo así como media docena de clips. Parecía spot de HBO y para colmo con inclusiones risibles (Clone Wars en los Oscars?????). Creo que debería haber a lo mucho UN clip por ceremonia, y no necesariamente de películas (lo que hizo Errol Morris en un par de ediciones pasadas fue brillante): en fin de cuentas vemos bastantes escenas de las nominadas, no? Think again...

5. La falta de escenas de las nominadas: claro, con tanto montaje, habrán sentido que había que tener menos imágenes... resultado: no vimos nada o casi de los 20 mejores actores del año (entre protagonistas y de reparto) en acción. Y en otras categorías, fue un par de milisegundos, algunos frames sueltos. Lo que se celebra en estos eventos son las películas nominadas, no los musicales o los montajes de comedias del año (?). Mientras más escenas en la pantalla, mejor.

6. El mix de las canciones nominadas: esto es algo que siempre me deja perplejo, porque ahí están los momentos musicales taaaaaaan indispensables, al parecer, en estos premios, y lo mejor que se le ocurre a los organizadores es reducirlos a un puré irreconocible... Peter Gabriel tenía razón, fue una vergüenza. Igualmente la dirección durante ese momento fue por lo menos discutible. Para la próxima: repartir las canciones a lo largo de la ceremonia, tener a sus cantantes originales en el palco y preparar un clip de la película para proyectar en el escenario. Pido mucho?

7. La duración del evento: 3 horas y medio (más 30 minutos de alfombra roja) sigue siendo demasiado, y eso que se trató de ir en la dirección correcta en muchos puntos. Propuestas constructivas: 1. Eliminar montajes y musicals que no vienen al caso; 2. Reducir las presentaciones de los mejores actores a unos 40-45 segundos; 3. Juntar aún más categorías en bloques (y para no aburrirse, tener a lo mejor 3 o 4 presentadores juntos y no sólo 2), por ejemplo colocando el obligatorio segmento de los Tech awards junto a los Oscars de efectos; 4. Eliminar la media hora de red carpet (redistribuyendo esos minutos), pasando eventualmente algunos segundos de eso antes de ir a comerciales; 5. Reducir la presencia del host a una presentación inicial, y dejar que el show lo hagan los presentadores de los premios (Will Smith hizo algo parecido).


Lo maomeno (?)

1. El número musical inicial: positiva la idea (sets y props dignos de teatro infantil, por culpa de la crisis), grandes performances de Jackman y una es-pec-ta-cu-lar (?) Anne Hathaway (qué voz!), algunos momentos brillantes (hacer The reader con música euroindustrial ochentera... no tiene precio); pero terminó sintiéndose muy largo por la necesidad de presentar secuencias película por película. Y todos queríamos ver ya los premios.

2. El agradecimiento de Penélope Cruz: se la notaba emocionadísima, y con razón, pero tener el papelito con la lista de compras, perdón, de nombres, terminó matando el momento. Y no agradeció a Bardem: punto en contra (incluso si estuvieran en problemas o peleados, noblesse oblige).

3. Las premiaciones a los actores: excelente el concepto de traer a ganadores pasados para introducir a los nominados, incluyendo la espera para ver quién aparecía después, pero la ejecución terminó siendo discutible, con gente que estaba ahí por (evidente) compromiso y full teleprompter mode; las mismas introducciones terminaron siendo demasiado largas y en muchos casos oleaginosas. Consejos para la próxima: reducir el palabreo (ver como hacen en los SAGs al inicio del show) y asignar a cada nominado algún actor que tenga que ver con él, ya sea por ser su ídolo o por haber actuado juntos en una cinta; este año, por ejemplo, creo que el único caso fue De Niro-Penn (We're no angels, del '89). Sería extraordinario y extremadamente emotivo... y si algo le gusta a la gente, es ver suspirar a los famosos (ver la reacción de Hathaway a las palabras de Shirley McLaine).

4.La presentación de las nominaciones a mejor banda sonora: buena idea tener a la orquesta en el palco, mala reducirla a pocos segundos y sin tener de fondo alguna escena de la película.

5. La elección de los presentadores de premios: ya hablamos de algunos que resaltaron positivamente, pero hubo también cosas bastante malas. Pattinson & Seyfried (respetables actores al inicio de sus carreras, pero auténticos zombies en el palco). Alicia Keys (cantante increíble, pero aquí un trabalenguas continuo). Rogen, Franco & Kaminski (fue intencional el colocarlos a premiar un Oscar donde habían títulos ilegibles?). El universo de actores en Hollywood daba para una elección mucho más afinada: tal vez si se implementara una especie de co-conducción por segmentos como la que decía antes (necesitándose así gente despierta, carismática y ágil de mente) se tendría algo más parejo.

6. El premio a Heath Ledger: se especulaba de todo, que iría Chris Nolan, que iría la pequeña hija, que iría el padre... al final subieron los papás y la hermana del difunto, y dentro de la emotividad del momento (muy buena elección de cámaras, captando ojos rojos y varias lágrimas de las estrellas en la platea) sus palabras sonaron sinceras pero sin mucho gancho mélo, y no hubo un momento para el recuerdo, como se esperaba. Fue todo un poco anticlimático.

7. La ceremonia en general: pocas sorpresas en los premios (diría yo una sola, y para colmo en una categoría externa y extranjera), aciertos y fallas tanto en la ideación como en la ejecución, un buen host, pocos momentos memorables. Pero lo bueno es haber iniciado un camino de cambio.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Oscar 2009: perro de barriada millonario?

Un año más, se acercan los últimos días de febrero y con ellos la ineludible kermesse de alfombra roja y estatuillas doradas más importante del cine: los Oscars. Y de forma aún más inevitable, llegan también mis habituales pronósticos, aunque esta vez salen al cuadrado, es más, a la cuarta potencia (?). La primera novedad es que se van a distinguir de forma clara y definida los candidatos que deberían ganar de los que creo que van a ganar; anglofónicamente, should vs will win. A cuentas del pronóstico irán sólo los segundos, porque el primer listado sería algo así como una esperanza ingenua en un mundo mejor (?). La otra innovación es que voy a tener un crítico visitante a mi lado en la consola (?) para dar el contrapunto externo a todo el shalalá (??), plaza que en un auge de nepotismo he entregado a mi hermano P.J., justamente por tener sensibilidades y gustos cinéfilos casi diametralmente opuestos (???) a los míos.

Sin más rodeos ni toreos, al agua patos (?):

Película extranjera: hay reglas no escritas en este premio que siempre se deben considerar. 1. Si hay una película sobre el Holocausto, ésta va a ganar; 2. En la duda, ganan los franceses; 3. En cualquier otro caso, gana quien más se acerca a los dos casos anteriores. Este año hay una película francesa y una israelí (no relacionada con los nazis pero sí con la guerra)... entre ellas está la cosa.

C: Should & Will: Waltz with Bashir

P: Should: The class; Will: Waltz with Bashir


Película animada: hasta la entrega de los Annie Awards, todo esto estaba cerrado para Wall-E. Pero la debacle del robotito contra Kung fu panda (que barrió de forma escandalosa) ha dejado la duda... aunque considerando que no son los especialistas los que votan en los Oscars...

C: Should & Will: Wall-E

P: Should & Will: Wall-E


Efectos visuales: desde un punto netamente técnico lo conseguido en Benjamin Button es notable... y están mucho más justificados e insertados en la trama que en los otros dos candidatos.

C: Should & Will: The curious case of Benjamin Button

P: Should & Will: The curious case of Benjamin Button


Edición de sonido: las explosiones de The dark knight deberían cobrar bien aquí... esta película se convertirá en el standard de calidad cuando quieran probar un home theatre en las tiendas...

C: Should & Will: The dark knight

P: Should: Australia; Will: The dark knight


Mezcla de sonido: muchas veces se desmarca del premio anterior, por motivos que no terminan de convencerme del todo, y suele ir a una película no tan huge.

C: Should: The dark knight; Will: Slumdog millionaire

P: Should: The dark knight; Will: Wall-E


Canción: hay demasiada excitación por la música de Slumdog millionaire y Peter Gabriel entró en polémica con la Academia antes que acaben las votaciones, y además no nominaron a Bruce Springsteen por The wrestler, así que salvo una repartición brutal de votos, el Oscar debería seguir ritmos orientales.

C: Should: Down to earth (Wall-E); Will: Jai-ho (Slumdog millionaire)

P: Should & Will: Down to earth (Wall-E)


Banda sonora: ídem como en el caso de la canción, pero esta vez es India vs. la magnífica partitura de Desplat para Benjamin Button; aunque desde mi punto de vista es discutible la ausencia de The dark knight.

C: Should: The curious case of Benjamin Button; Will: Slumdog millionaire

P: Should: Milk; Will: The curious case of Benjamin Button


Maquillaje: ver el comentario de efectos visuales, y mi crítica a Benjamin Button para más referencia. O cualquier foto que encuentren de los protagonistas a una edad que no sea la real.

C: Should & Will: The curious case of Benjamin Button
P: Should & Will: The curious case of Benjamin Button


Edición: aquí si tengo un poco de incertidumbre entre The dark knight y Slumdog millionaire. Me parece que la cosa está pareja y dependerá de la simpatía más que de una cuestión técnica.

C: Should: The dark knight; Will: Slumdog millionaire

P: Should & Will: The dark knight


Vestuario: las cintas de época la tienen fácil. Y Keira Knightley tenía el mejor vestido el año pasado y no ganó: it's payback time. Y en este caso, viva el exceso... casi da ganas de ser Robespierre...

C: Should & Will: The duchess

P: Should & Will: Australia


Cinematografía: aunque tenga un aire muy tonyscottesco, me parece que en este caso no hay dudas. Pero extraño la presencia de In Bruges y a Australia.

C: Should & Will: Slumdog millionaire

P: Should: The curious case of Benjamin Button; Will: The dark knight


Dirección de arte: me huelo un premio de consolación para la crew artística de Benjamin Button; y el hecho que la cinta transcurra a lo largo de épocas muy distintas y todas correctamente visualizadas aporta a esa sensación.

C: Should & Will: The curious case of Benjamin Button

P: Should: Revolutionary Road; Will: The curious case of Benjamin Button


Guión adaptado: no puede escapar de las manos de Slumdog millionaire. Pero que no esté The dark knight aquí es simplemente vergonzoso. Travesty total.

C: Should & Will: Slumdog millionaire

P: Should: The curious case of Benjamin Button; Will: The reader


Guión original: me encantó In Bruges, como dejé muy en claro en su ocasión, pero creo que la Academia debe sentir que la nominación fue suficiente premio. Supongo que Wall-E sería mi segundo favorito, pero es un dibujo animado... quedan Milk y dos indies. Creo que en ese caso no hay incertidumbre.

C: Should: In Bruges; Will: Milk

P: Should: In Bruges; Will: Wall-E


Actriz de reparto: me dicen por ahí que la favorita es Penélope. Pero en esta categoría he visto de todo y hasta más... a parte los otros premios de actuación parecen estar predefinidos, y se necesita alguna sorpresa, y tal vez que sea de color... lo que sí, estoy 100% seguro que la victoria no sale de esta terna: Cruz, Davis y Tomei.

C: Should: Marisa Tomei (The wrestler); Will: Viola Davis (Doubt)

P: Should: Amy Adams (Doubt); Will: Penélope Cruz (Vicky Cristina Barcelona)


Actor de reparto: todavía hay alguna duda? Why so serious? La única incógnita, donde más bien aceptaría apuestas, es quién recogerá el premio y qué tan lacrimógeno será el discurso de agradecimiento...

C: Should & Will: Heath Ledger (The dark knight)

P: Should & Will: Heath Ledger (The dark knight)


Actriz: por todos lados oigo que es un vis à vis entre Streep y Winslet (las otras 3 deben estar felices con la nominación), pero no veo como este premio se le puede escapar a la dulce Kate... aunque no sea premiada exclusivamente por su actuación en The reader. Pero le toca.

C: Should & Will: Kate Winslet (The reader)

P: Should: Anne Hathaway (Rachel getting married); Will: Kate Winslet (The reader)


Actor: aquí sí hay lucha de pesos pesados (?). Langella y Jenkins son actores minoritarios, traídos correctamente al escenario luego de años de roles secundarios; Pitt es la superestrella que decora la alfombra roja. Y en mi lista ideal falta Colin Farrell (In Bruges). Pero Rourke y Penn tienen roles donde redefinen su propia presencia. No apto para cardiacos.

C: Should: Mickey Rourke (The wrestler); Will: Sean Penn (Milk)

P: Should: Brad Pitt (The curious case of Benjamin Button); Will: Mickey Rourke (The wrestler)


Director: Danny Boy, Danny Boy, Danny Boy (sobre las notas del bridge de Tubthumping, de Chumbawamba)... agréguenle un "le" en cada repetición. Y vergüenza a la Academy por no nominar a Chris Nolan.

C: Should & Will: Danny Boyle (Slumdog millionaire)

P: Should & Will: David Fincher (The curious case of Benjamin Button)


Película: la mejor película del año es, a mi parecer y sin que me tiemble la mano, The dark knight, pero ni la nominaron...así que sí o sí, tenemos festejo en el subcontinente. Bollywood, levántate y celebra a tus hijos (?).

C: Should & Will: Slumdog millionaire

P: Should: The curious case of Benjamin Button; Will: Slumdog millionaire


El 22 sabremos los resultados. Jai-ho!


lunes, 16 de febrero de 2009

Valkyrie (la película)

Valkyrie (***)

Sin duda alguna, la página boom del blog en los últimos meses ha sido Valkyrie, un sucinto resumen del atentado a Hitler del 20 de julio del 1944. Publicado el 17 de abril del 2007, es decir menos de dos meses después de la inauguración de este espacio, lleva hasta el día de hoy 1369 visitas, de las cuales el 75% se han dado en los últimos dos meses. No es ninguna coincidencia: corresponde exactamente a la presencia en las pantallas de la cinta homónima, dirigida por Bryan Singer y estelarizada por Tom Cruise. Y para matar dos pájaros de un solo tiro, no hay nada mejor que una sana revisión de la película.

Claus von Stauffenberg (Tom Cruise) es un veterano del frente africano, que vuelve a casa mutilado (sin un ojo, una mano y dos dedos de la otra) y con una idea fija en la cabeza: Hitler tiene que desaparecer antes que lo haga Alemania. Pronto es reclutado por el General Olbricht (Bill Nighy) para que se desempeñe en el Estado Mayor de las tropas de reserva, comandadas por el General Fromm (Tom Wilkinson), y para formar parte de una amplia conspiración antihitleriana, liderada por el político conservador Carl Gördeler (Kevin McNally) y por el General en retiro Ludwig Beck (Terence Stamp). En poco tiempo su presencia en el entorno más cercano al Führer lo convierte en el indicado para llevar a cabo un atentado con explosivos en el mismísimo cuartel general nazi que permitiría, al fin, la muerte del tirano y la caída del régimen de la esvástica a través de un golpe de estado. Pero... bueno, evidentemente algo no salió como esperaban.

Voy a ser claro desde el principio: Tom Cruise (el actor) no me cae mal; es más, creo que tiene un promedio más que aceptable tanto a nivel de actuación como a nivel de elección de películas y directores. Como es (bastante) lógico, sí le tengo cierta ojeriza a Tom Cruise (el personaje mediático), tanto por la actitud de impostura, de fachada, de ficción total que emana de sus palabras en cada entrevista, como por la pública y agresiva defensa de Scientology y sus extrañas prácticas (y cuando en los tabloides se empieza a hablar de comer placenta humana... algo anda mal).

Pero es absurdo juntar los dos aspectos a la hora de evaluar los productos que lleva al mercado, razón por la cual me parece desproporcionado e inmerecido el backlash que le ha llovido al hombre en los últimos años (desde War of the Worlds, más o menos). Y él está haciendo todos los esfuerzos imaginables para desmarcarse de su imagen (cinematográfica) de all american winner, pasando a roles de villano (Collateral), de político manipulador (Lions for lambs) y, finalmente, de muerto... porque (espero no arruinarle la sorpresa a nadie) en Valkyrie tenemos por primera vez una imagen clara y nítida de Tom Cruise muerto. Y si no me equivoco, también es una de las pocas películas en que no aparece corriendo... pero debería chequear bien esto último.

Regresando al film, no es perfecto ni mucho menos. La impresión que me deja es de una logradísima reconstrucción o dramatización de los eventos, algo así como una producción de The History Channel con budget millonario y cast de lujo. Creo que la necesidad de adherirse a una historia llena de detalles, personajes y eventos termina impidiendo un resultado más redondo en términos exlcusivamente dramáticos; la interminable cola de generales, coroneles, tenientes, etc etc, a veces identificados explícitamente, otras no, otras mencionados en passant, termina siendo más que un compendio fructífero de personalidades, una galería del who's who de la cinematografía británica.

Y no es broma, porque prácticamente cada oficial de cierta relevancia tiene a su cargo un rostro familiar: además de los ya mencionados Olbricht, Fromm, Gördeler y Beck, también son reconocibles Von Tresckow (Kenneth Branagh, Hamlet), Fellgiebel (Eddie Izzard, Ocean's 12), Remer (Thomas Kretschmann, The pianist), Von Quirnheim (Christian Berkel, Der untergang), Brandt (Tom Hollander, Pride and prejudice), Von Witzleben (David Schofield, Pirates of the Caribbean), Keitel (Kenneth Cranham, Layer cake), un anónimo general de los Afrikakorps (Bernard Hill, The lord of the rings) y el mismísimo Hitler (David Bamber, recordado Cicerón en Rome). Y de regalo, la dotadísima Carice van Houten (Zwartboek) es Mrs. Stauffenberg.

La estrategia es en sí misma válida, porque permite ubicar a las docenas de participantes tan sólo con verlos, cosa que hubiera sido imposible de hacer utilizando su nombres cacofónicamente prusianos. Pero como decía antes, hay una sobrepoblación de papeles que termina asixiando el desarrollo de la película; tal vez hubiera sido recomendable fusionar algunos generales (Witzleben y Beck, por ejemplo, o Quirnheim y Olbricht) para tener menos piezas que mover en el tablero y minutos valiosos que reasignar.

La sensación que queda al final es de un plot monolítico (el atentado) rodeado por muchas figuritas de cartón: por ejemplo, el personaje de la esposa de Stauffenberg es livianísimo y, a nivel más macro, nunca se entienden las motivaciones de varios de los participantes (cuál es el pecado de Fellgiebel que lo impulsa a apoyar la conspiración? por qué Remer se dirige primero a arrestar a Goebbels y no a Stauffenberg, aún teniendo ambas órdenes de detención? por qué Keitel trata como una zapatilla a Fromm? por qué Haeften es tan fiel a Stauffenberg?). Y hay escenas casi autoconclusivas que dejan ciertas dudas: el jefe de la Policía de Berlín sólo aparece en dos momentos, cuando lo presentan a Stauffenberg y cuando anuncian su ejecución... era indispensable? En resumen, no sé si hay una versión extendida de la película en casa de Singer (lo dudo) pero creo que si se quería contar esta historia sin renunciar a tanto cast, era necesario mucho más metraje.

No me voy a meter mucho con la precisión histórica del relato, especialmente luego de haber dicho que había que fusionar a gente como Witzleben y Beck (dos generales valiosísimos y completamente distintos por miles de motivos); así que si las heridas de Stauffenberg son provocadas por un ataque aire-tierra, y no por la caída de su avión, no lo considero una situación de vida o muerte. Ídem la presencia de Tresckow en una reunión con el protagonista, algo imposible porque nunca se cruzaron en Berlín debido a sus respectivas asignaciones. Dentro de los límites lógicos, hay un respeto por los sucesos que se cuentan que va muy por encima de la media hollywoodense; y para un WW2 fan como yo, es algo invalorable.

Es difícil que Valkyrie sea recordada en el futuro como una gran película; pero es una correcta representación de un momento trascendental en la historia que, enfocado con un punto de vista ligeramente menos respetuoso o con más tela sobre la cual pintar, hubiera permitido trascender el aire documental que la permea inexhorablemente.

lunes, 2 de febrero de 2009

El caso curioso etc etc etc


The curious case of Benjamin Button (*** 1/2)

Se acercan los Oscars (se vienen las predicciones en cualquier momento) y las distribuidoras corretean para poner en los multisalas la mayor cantidad posible de películas nominadas, que de acuerdo a la idiosincrasia americana han sido estrenadas en los últimos meses del año, para maximizar el impacto sobre los votantes de la Academy. No tengo dudas que lo han conseguido, considerando que The dark knight y Wall-E (estrenados en verano) se han visto relegados de las categorías top por cintas de menor éxito, aunque mejor posicionadas en el calendario. Pero hay que ser deportivos, fair play, noblesse oblige, y empecemos con la primera nominación a mejor película del 2008 que he podido ver.

Benjamin Button (Brad Pitt) nace en New Orleans en contemporánea con el fin de la Gran Guerra. Y nace viejo, un pequeño octuagenario que patalea y llora pero al mismo tiempo tiene arrugas, cataratas, artritis y yo aseguraría hasta problemas de próstata. Su padre (Jason Flemyng), devastado por la muerte de su esposa durante el parto y por la apariencia horripilante del engendro, lo abandona en la puerta de un asilo de ancianos, donde es recogido por Queenie (Taraji P. Henson), una de las trabajadoras del lugar. Allí crecerá en reversa, porque el paso de los años en lugar de envejecerlo generan el efecto opuesto, reduciendo sus achaques, enderezándole la espalda, produciéndole más cabello, afinando sus sentidos; pronto se hará amigo de Daisy, la nieta de una de las ancianas hospedadas, de edad biológica y mental similar a la suya pero a las antípodas en cuanto a desarrollo físico. Luego de aventuras y encuentros con personajes de todo tipo, trabajando en un pesquero gobernado por un tatuador borracho (Jared Harris), participando marginalmente en la WW2, manteniendo un affaire en Rusia con la mujer de un espía (Tilda Swinton) y otras amenidades, regresará a casa y se reecontrará con una ya adulta Daisy (Cate Blanchett): y las posibilidades de concretar el amor de su vida se multiplican de golpe... como las interrogantes de como poder mantenerlo, cuando los dos involucrados siguen caminos opuestos en el círculo de la vida.

Hace un tiempo discutía el mérito de las adaptaciones literarias a la pantalla grande. En ese post individuaba cuatro puntos importantes que deberían ser salvaguardados al hacer esa transicion: el espíritu de la historia, el carácter de los protagonistas, la peculiaridad de los momentos más importantes, y los diálogos o frases más representativas. Los eventos en sí mismos pueden ser alterados, al igual que su orden o la participación de los personajes, pero si se respetan los aspectos mencionados se termina con un producto fiel, que no leal, a la matriz de la cual surge. Pero The curious case of Benjamin Button va mucho más allá y adapta ex novo la idea a la base del cuento de F. Scott Fitzgerald, y punto: el tiempo es otro (todo se traslada unos 60 años hacia adelante), los eventos también, los personajes igual; lo que queda es el protagonista y la manera en que el desarrollo inverso de su vida atraviesa sus relaciones con los demás. ¿Basta esto para considerarlo una adaptación? No creo. El guión termina teniendo más originalidad que muchos scripts que olvidan acreditar paternidades no reconocidas, pero evidentes aún sin necesidad de exámenes de ADN. Pero las reglas son las reglas, el copyright es el copyright. Queriendo ser malpensado y poco original (ver aquí un ejemplo brillante al respecto, y aquí uno más detallado), ésta parece en realidad mucho más una adaptación de Forrest Gump, o mejor dicho una readaptación, considerando que el guionista de ambos películas es Eric Roth... una similitud termina por replicar también los puntos fuertes y las debilidades de aquella cinta.

Para empezar, como toda epopeya que se extiende por décadas y décadas, permite una acumulación casi infinita de personajes secundarios que crucen los pasos del protagonista y, convenientemente de acuerdo al plot, desaparezcan de él, a lo mejor con una muerte lacrimógena, y haciendo que el héroe vaya quedándose cada vez más solo en un mundo que no entiende; es el colmo de la manipulación, pero diablos si no resulta efectiva a la hora de tocar las cuerdas más agudas del ser humano, el miedo a la muerte de los seres queridos y el pavor a la soledad. En ambas películas ese aspecto funciona, y en TCCOBB (?) con el agravante de la maldición que pesa sobre el protagonista, la catástrofe inminente representada por su inexorable rejuvenecimiento, que impide cualquier perspectiva romántica de largo plazo.

El otro lado de la moneda es que nos enfrentamos a una narrativa totalmente episódica, en tomos casi autoconclusivos y con personajes propios, que probablemente se prestaría más a una miniserie que a un largometraje, por más extenso que éste sea. Por eso, quizás, en TCCOBB se ha requerido incluir un epílogo en el que reaparezcan justamente los coprotagonistas de Benjamin en cada viñeta (el pigmeo, el marino, la esposa del espía, etc etc), una especie de reminder aglutinante de los capítulos precedentes. Al final toda subtrama se diluye en el tema principal: Button está en un camino personal y nadie puede acompañarlo salvo por pequeños tramos. Incluso Daisy termina entrando y saliendo de su vida (como Jenny con Forrest Gump) de forma alternativa y con excusas cada vez más improbables. Nunca una tagline fue tan apropiada como la de este film: Life isn't measured in minutes, but in moments. Se hubiera agradecido, tal vez, una concatenación más fluida de todos esos moments.

Lo que sí se debe reconocer es que el acabado de la película es impresionante. Las actuaciones son de alto nivel a lo largo de toda la línea, con mención especial para Flemyng (que permite captar todo el remordimiento acumulado del padre de Benjamin) y Henson; David Fincher logra colar su estilo personal, oscuro y ominoso, incluso en una historia que podría haberse ido por el lado pastel de las cosas; la música de Alexander Desplat subraya a la perfección el relato; la fotografía es impresionante, la dirección de arte súper detallada, y un largo etcétera. Pero donde las cosas superan incluso la excelencia es en el apartado de maquillaje y efectos especiales aplicados a los protagonistas. Como sample, revisen el envejecimiento progresivo de Cate Blanchett a lo largo de la historia, desde joven bailarina de piel de porcelana, hasta anciana agonizante y decrépita, con todos sus estadios intermedios; y ni qué decir de Benjamin Button, especialmente en su infancia o mejor dicho primeros años de vida: es imposible ver donde termina el maquillaje y empieza el efecto especial, el mo-cap, el uso de dobles, o cualquier otra treta ingeniosa.

En conclusión, estamos hablando de una película efectiva, dramáticamente sensible, capaz de conmover más por el tema que trata que por la eficiencia en el relato; y con el aliciente de ser la adaptación más libre que jamás haya visto.

viernes, 30 de enero de 2009

Januarius horribilis

Por fin se acaba enero, damn it! En estos primeros 30 días del año he tenido una tal constelación de infortunios que me he quedado con serias interrogantes sobre quién soy (?), de donde vengo (?), a donde voy (?). Aunque a ser sinceros, el mes hizo honor a su etimología bifronte y también tuvo sus cosas buenas... aunque concentradas en un solo punto y sobre el cual, para colmo, aún tengo que mantener cierta reserva. Probablemente lo podré desclasificar en unas cuantas semanas. Y no, no es lo que piensan, no he abdicado en mis principios y por lo tanto no estoy hablando de un posible heredero. Es algo mucho mejor y que involucra dinero y tranquilidad, dos cosas que la prole suele quitar con pasmosa celeridad.

Pero sobre el otro lado de la balanza tengo de todo y quizás hasta más, a saber: auto abollado, y sin que pueda echarle la culpa a nadie, lo cual incrementa el fastidio; trabajo recargado más allá de todo récord previo, incluyendo más responsabilidades y más horas de trabajo sin correspondiente aumento salarial (Lincoln, donde estás?); salud desastrosa, gracias a un virus / bacteria / entidad sobrenatural que me ha dado un par de semanas a base de agua, sopa, tostadas y electrolitos... y me ha permitido indirectamente cumplir con mi meta de adelgazamiento con dos meses de anticipación. En fin...

Pero basta hablar de mí y pasemos al ránking inicial del año.


Resumiendo las impresiones que me genera:
  • El podio sigue estable, aunque los Tokio Hotel, de la mano de sus acérrimos, intransigentes y emotivos fans, amenazan con colarse entre palos.

  • Gran atropellada de Valkyrie, con toda seguridad empujada hacia adelante por el estreno de la homónima película con Tom Cruise y las polémicas relacionadas con su verosimilitud. De este paso también podría tener serias posibilidades de ingresar al pantheon de la tabla (?).
  • Fergie, por su parte, recupera varias posiciones (con un single estrenado hace tieeeeeempo) y no descarto que, en el corto plazo, logre sortear varios lugares más, considerando lo apretado de la tabla en esas zonas.


miércoles, 21 de enero de 2009

Keane - Perfect symmetry



Nuevo single de Keane. Enjoy.

martes, 20 de enero de 2009

Sex & the movies

Siguiendo con la sección cinematográfica semanal, y saltando ciertos problemas de salud de los que hablaré en detalle en otra ocasión, toca revisar dos películas con poco o nada en común, salvo un cierto desenfado a la hora de presentar a sus protagonistas en pelotas o, aún más prosaicamente, copulando. Y lo mejor de todo, ambas logran revelar a sus personajes a plenitud gracias a esas escenas.

Before the devil knows you're dead (*** 1/2)

Siempre me he sentido atraído hacia historias que analicen lo mal que le pueden salir a uno los planes mejor concebidos. En parte porque hay una punta de sadismo en ver los desastres que pueden ocurrirles a los protagonistas, en parte porque albergamos la esperanza de un deus ex machina que les arregle el panorama en el último minuto del partido, en parte porque nos gustan las cautionary tales donde los que quieren pasarse de vivos terminan pasándos de muertos (?). Y si estas historias involucran sexo, sacadas de vuelta, drogas, armas, muerte, grandes actuaciones y Marisa Tomei en topless (?), pues mucho mejor.

Andy (Philip Seymour Hoffman) es un ejecutivo de medio pelo con graves problemas de drogas, de contabilidad en la empresa en que labora, y en pleno enfriamiento global con su mujer, Gina (Marisa Tomei); la única vía de salida para todo parece ser mudarse para Río, donde los dos vivieron momentos inolvidables (o tal vez simplemente no rutinarios). Hank (Ethan Hawke), el hermano de Andy, crónicamente inseguro y en full Don Ramón mode a la hora de pagar la mensualidad a su ex esposa (Amy Ryan) y a su hija, ahoga su depresión en el alcohol e intenta desesperadamente cerrar sus deudas para poder escapar de esa vida... y él también quiere huir con Gina. Uno más uno es dos: ambos necesitan dinero, lo antes posible. Y cuando a Andy se le ocurre un plan muy simple para conseguir buen billete sin muertos ni heridos de por medio, asaltando la asegurada joyería de sus padres (Albert Finney y Rosemary Harris), Hank termina asociándose. Pero como ya se imaginan, nada saldrá como habían pensado.

La primera escena de la película es una sesión amatoria doggy style entre Andy y Gina donde él, mirándose al espejo, parece pasarla mucho mejor que ella, aunque ambos coincidan en la extraordinariedad del evento (o de la calidad del mismo), comparada con su quehacer cotidiano. Unos cuantos metros de celuloide más adelante, unas recriminaciones al respecto (del tipo en Río no eras así) confirmarán la veracidad de esa impresión. Y peor aún luego de ver a Hank y Gina conversando tranquilamente casualmente después de uno de sus encuentros clandestinos. En esas tres escenas donde la desnudez es el común denominador (minutaje total: no más de 10'), ya han quedado claros el carácter de los tres personajes y sus principales falencias. Y todo esto sin que se haya avanzado un paso en el plot de la cinta.

Esas pinceladas precisas las puede dar sólo un maestro, y Sidney Lumet a sus 84 años ya ha hecho méritos más que suficientes para ser considerado como tal. Lo curioso de todo esto es lo actual que termina siendo Before the devil knows you're dead, incluso más vigente y contemporánea y al día que muchas obras de jovencitos made in MTV. Hay de todo: sexo en la pantalla? check. Narrativa no lineal? check. Edición tarantinesca? check. Secundarios marginales? check. El guión ayuda bastante, pero la mano del director se ve por todos lados. Tal vez la peca que se le puede encontrar es el uso reiterado e innecesario de los saltos temporales a lo largo de la historia: luego del tercer o cuarto flashback el truco resulta tan novedoso ni atractivo.

Y aún así, son las actuaciones las que venden el producto mejor que nada, aunque me atrevería a decir que o bien el casting es uno de los más inspirados de la década, o Kelly Masterson había pensado exactamente en esos actores para su debut como guionista. Porque luego de la simple descripción de Andy y Hank, uno se da cuenta que Hoffman y Hawke corresponden perfectamente a ese identikit. Y ni qué decir del rostro perennemente desencajado y nervioso de Albert Finney, a veces simplemente sobrecogedor. Marisa Tomei, en un rol menor pero con discreto porcentaje de calateo (?), consigue hacer creíble y tridimensional a Gina, que de otra forma habría sido poco más de un expediente para enrevesar la trama.

En resumen, es un producto altamente recomendable, y las boobies constituyen la cereza sobre el pastel. Nunca mejor dicho.


Lust, caution (*** 1/2)

Extrañaba ver una película ambientada en la China ocupada por Japón antes y durante la WW2. Luego del one-two punch de The last emperor y Empire of the sun, en las últimas dos décadas no habíamos tenido grandes películas que se desarrollaran en ese espacio-tiempo. Cuando me enteré que Ang Lee ponía una pieza más en el incomprensible puzzle de su filmografía (encuentren rasgos comunes entre Sense and sensibility, The ice storm, Crouching tiger hidden dragon, Hulk y Brokeback Mountain... y no valen explicaciones freudianas!), armando un drama erótico de época entre Shanghai y Hong Kong en los '40s. Count me in!

Wang (Wei Tang) es una joven estudiante que termina involucrada en una improvisada pandilla de la resistencia anti japonesa, en gran parte por su atracción por un colega politizado, Kuang (Lee-Hom Wang). La primera víctima de su lucha es individuada en Yee (Tony Leung), un colaboracionista al cual tienen acceso a través de su personal de seguridad. Wang finge ser la esposa de un exportador de éxito llamado Mak (Johnson Yuen), e ingresa sin mayor esfuerzo en el círculo social (y té de tías adjunto) de Yee, logrando atraer inmediatamente la atención del impasible funcionario. Pero cuando la sangre parece a punto de llegar al río, Yee se manda mudar y la operación queda cancelada, la banda desbandada, Wang vuelve a ser Wang... hasta que unos años después las circunstancias la obligan a regresar sobre sus pasos, hasta convertirse en la amante (y posible asesina) de un Yee cada vez más aliado de los invasores.

A lo que íbamos: sí, las escenas de sexo son realmente escandalosas, por lo menos para el nivel de erotismo acostumbrado en una pantalla grande agobiada por la censura; he visto softcore mucho más recatado de lo que muestra Lee. Es más, me aúno a quienes sospechan que algo ahí no cuadra con los parámetros de la ficción, la actuación, la simulación. Para decirlo à la créole, Mr. Leung se la ha pasado cañón (?) y ha metido sus buenos golazos (??), y que no me vengan después con que ser actor es un trabajo sufrido, porque, las cosas hay que decirlas como son, Ms. Tang es todo un bombón, y de esos súper flexibles, para más inri. Bien ahí (?).

Lo que nadie en el populorum destaca (asumiendo que dicho populorum tenga idea de la existencia de esta película, lo cual dudo) es que, más allá de los sudores y los humores vertidos en esas escenas, hay un desarrollo de personajes efectivo como nunca, sin que se requieran palabras ni grandes gestos: basta un catre y algunas toneladas de hormonas. Porque los dos amantes apenas si intercambian miradas en su vida diaria, restringida por los parámetros familiares y funcionales de Yee, pero entre las sábanas su relación sale a la luz de forma perfectamente lograda. Y todos los arrumacos, revolcones, toma y daca (?), tuya mía (??), pa' tí pa' mí (???) al final reemplazan páginas y páginas de eventuales diálogos hipersacarosos. No es casualidad que cuando estos dos empiezan a encariñarse... a todos les resulta bastante evidente que se acerca la catástrofe.

Ang Lee, a estas alturas de la vida, no tiene ya que demostrarle nada a nadie, así que me parece genial que siga con su zigzagueante camino a través de géneros, épocas, países, estilos, censuras. El hombre sabe como contar una historia, punto y a parte. Tony Leung, por su parte, me sorprende en cada película en que lo veo. Para los que no lo ubican, era el equivalente de Leonardo di Caprio en Infernal Affairs (remakeada por Scorsese en The departed) y el maestro espadachín reflexivo y casi zen en Hero: nada haría pensar en que lograría meterse tanto en la piel de un despiadado (y medio sexópata) traidor de su patria, con todas las contradicciones imaginables en un personaje así. Pero la que se lleva el premio mayor es la ostracizada Wei Tang, boicoteada en patria por la impávida exhibición de sus encantos y retuerzos; pero hay mucho más detrás de eso. Revisen, en particular, su actuación en la obra de teatro al principio de la película, y sobre todo las interminables partidas de mahjong con la esposa de Yee (Joan Chen) y sus amigas. Esta chica tiene futuro y tiene mi voto.

Me parece que lo único que le faltó a Lee fue comprimir un poco la historia, porque la duración que tiene es, por decirlo de alguna forma, poderosa (157 minutos). Hay partes que con una edición un poco más estricta habrían subrayado mejor el impacto de los puntos realmente importantes, incluyendo, por supuesto, toda las proezas amatorias de los protagonistas... Pero Lust, caution tiene méritos de sobra para ganarse la paciencia del espectador. Y a los que no les basta, fast forward hasta que empiece el festín...


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Y los incautos a la fecha son...