lunes, 5 de enero de 2009

Rew

Luego de listar el top 5 de protagonistas del 2008, me dedico a un poco de sana introspección (?), a una suerte de colonoscopía del alma (??) y procedo a evaluar los momentos cumbre del año que ha pasado, dentro de los límites microscópicos de mi vida. Haciendo una panorámica desde la cumbre de estos primeros días de enero (?), podría decir que fue un año de sensaciones encontradas. Lo empecé embalado, saliendo de mi boda (y relativa noche de bodas) con todo el envión anímico que supone el dejarse atrás meses de trámites y gastos literalmente escalofriantes, y por lo tanto con un optimismo atroz delante a mis ojos. Además, al venir de dos ciclos de 5 años (1994-1998 y 1999-2004) muy bien definidos por motivos geográficos, educativos, emocionales, alimentarios, y un largo etcétera, sentía que el 2008 constituiría un cierre igualmente significativo. Y como lo fue sólo en parte, queda una pizca de desilusión no del todo merecida.

Tengo que reconocer que el 2007 arrastró y adelantó etapas que habrían aportado a un fin de lustro realmente masivo. Entre otras cosas, mi ya citado matrimonio (en agosto y diciembre),la mudanza a un novísimo departamento (febrero), la conclusión de mi primera e irregular novela (febrero), el debut en el atletismo de fondo (noviembre). Por ejemplo, creo que si boda y mudanza hubieran caído en el 2008 no tendría dudas en decir que este año marcaba un punto y a parte en mis futuras memorias. Lo que tengo ahora entre las manos es un período más largo y elástico en el que se están engarzando varios sucesos tópicos.

Pero bueno, soltemos las amarras y proa al sur. Top 5 de life defining moments del 2008:


5. El frenazo del blog


Si algo había caracterizado al 2007, era mi asidua presencia en la red. En algún momento llegué a postear diariamente, cosa que ahora no deja de asombrarme... pero ya en noviembre y diciembre de ese año sentí la necesidad de poner frenos y paños fríos a una frecuencia insostenible de publicación, coincidentemente con el incremento de la carga de trabajo en la oficina. En el 2008, no voy a darle vueltas al asunto, estuve a punto de dejar de lado el blog. No fue culpa sólo del tiempo a disposición cada vez más escaso, o de mi distracción en otras aventuras de corta duración (como el segundo blog, En Garde!, que no duró más de unas semanas), sino también de una ronda de ataques masivos de fans de Tokio Hotel al postear un video suyo, y sobre todo un comentario venenoso, injustificado y delirante a mi crítica de Alien vs. Predator, que realmente me hizo cuestionar la necesidad de mantener en vida el blog. Y cuando todo parecía perdido, un comment inesperado a mi (hasta ese momento) último post, justo empezando el año, me devolvió la sonrisa y las ganas de publicar. Flaco, quien quiera que seas y donde quiera que estés, gracias por existir: este blog te debe una enormidad.


4. Mi primer (casi) premio literario.


De la nada, luego de un par de malas experiencias, un cuento enviado sin mayores pretensiones al Concurso 2008 Palabras me ganó una mención honrosa. Al fin había muestras de que mi vocación tenía algún sustento en la realidad y, tal vez, hasta un público. Alguna premonición al respecto la tuve, porque las continuas postergaciones en la emisión del veredicto final provocaron auténticos desbalances hormonales dignos de una telenovela mexicana. Y cuando ya nadie apostaba a una resolución rápida y sobre todo positiva del asunto, la noticia, la invitación a la gala, la premiación. Satisfaction. Si semejante éxito (?) me hubiera impulsado a escribir de forma más constante y comprometida, y la editora hubiera cumplido con publicar la antología del concurso, esta entrada estaría más arriba. Al ser, por el momento, un one hit wonder, se queda en este lugar.


3. El auto.


Por fin, al borde de los 30, logré cumplir el sueño del auto propio (modo comercial de banco ON). Noviembre marcó el fin de una época marcada por autobuses apestosos, taxistas abusivos, cruces peatonales arriesgados y la independencia casi total de las fluctuaciones en el precio del petróleo. Ahora tengo que fijarme todos los días en la variación en el precio de los combustibles: damn. Ni qué decir del obtuso tráfico citadino: re-damn. Pero tener la libertad de tomar el volante e ir a donde quiero, a la hora que quiero y por la ruta que quiero, no tiene precio.


2. El viaje de mi hermano

En un post drámatico, taumatúrgico, catártico y lacrimógeno, canalicé las emociones generadas por la partida de mi hermano hacia nuevos horizontes. Creo que fue uno de mis mejores artículos, así que en plan Paganini no reiteraré los detalles, ni agregaré más palabras: denle una leidita para estar al tanto. Mensaje al prófugo: Dude, se te extraña, pero hiciste lo correcto. Keep walking.

1. I love Amazon
Lo sé, puede parecer una frivolidad absoluta, pero si algo caracterizó al 2008 (en un trend iniciado a finales del año anterior) fue mi adicción irremediable a las compras en internet, y más específicamente en amazon.com. Mi videoteca tiene más variedad que una tienda profesional, mi biblioteca se ha enriquecido con textos de otra forma inubicables, mi discoteca no tiene espacios en blanco. Es una revolución copernicana de implicancias infinitas y en muchos aspectos aún por definir. Pero está claro que cuando esté jubilado y revise lo que me rodea, muchísimas cosas tendrán algo en común: la etiqueta Amazon, 2008.


En un próximo post, top 5 de buenas intenciones para el 2009...

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