lunes, 9 de abril de 2007

Byblos

He aprovechado el fin de semana largo para ordenar de una manera más o menos lógica los libros de mi biblioteca. Desde que aterricé en mi nuevo departamento no había tenido tiempo para organizar todos los volúmenes, y menos aún para definir los criterios con los cuales agruparlos.

La última vez que pude hacerlo, hace más de tres años y dos mudanzas atrás, terminó siendo un extraño híbrido histórico - temático. Es decir, algunos libros eran agrupados por género, por ejemplo ensayística, ciencia, teatro, incluso novelas adaptadas al cine (?); y los demás, sin importar si eran obra de ficción o no, seguían una línea cronológica, según el período que abarcaban en sus páginas. Es así que, entre los griegos y los romanos, encontraban lugar dos biografías serias de Alejandro Magno (Renault y Caratini), un tomo sobre sus estrategias de batalla a full color, la trilogía de Alexandros de Manfredi y The virtues of war de Pressfield. Una ensalada rusa de proporciones, con el único factor agregante constituido por la figura de ese émulo de Aquiles, rey de Macedonia y Asia cuando tenía mi edad.

El poder contar con varios estantes separados en mi estudio me llevó a considerar la posibilidad de dar una lógica más directa al ordenamiento de los tomos. Por ejemplo, quería dar un lugar importante a toda la serie de investigaciones sobre la Atlántida y similares, parte de cuyas conclusiones se han incluido en los posts de la Antártida (para los que no saben de qué hablo, les sugiero empezar por aquí); pero también me parecía hora de dar un particular resalte a algunos autores indispensables, como Verne, Austen, Crichton, Yoshimoto, de los cuales tengo prácticamente toda la producción novelística. Y finalmente, quería separar las novelas de las biografías y demás ensayos históricos, para evitar esos agrupamientos extraños que mencionaba.

Prácticamente he necesitado toda la noche del miércoles y la tarde del jueves sólo para construir el esquema principal; y buena parte de lo que quedaba de los días de feriado para hacer todo el traslado.

Para las crónicas, el orden ha quedado así:
  1. Estante 1-A:
        1. Ciencia Ficción (Asimov, Barjavel, Dick, etc.)
        2. Fantasy (Baum, Lewis, Rowling, Tolkien, etc.)
        3. Cuentos de suspenso (Conan Doyle, Irving, Poe, etc.)
        4. Literatura infantil
  2. Estante 1-B:
        1. Misterios al descubierto (Bauval, Gilbert, Hancock, etc.)
        2. Julio Verne
        3. Jane Austen
  3. Estante 1-C:
        1. Stephen King
        2. Michael Crichton
        3. Banana Yoshimoto
        4. Arturo Pérez Reverte
        5. José Saramago
        6. Gabriel García Márquez
        7. Mario Vargas Llosa
  4. Estante 2-A:
        1. Astronomía
        2. Ciencias Naturales
        3. Ciencias Sociales
        4. Filosofía
        5. Religión
        6. Artes y deportes
  5. Estante 3-A:
        1. Historia
  6. Estante 2-B:
        1. Novelas ambientadas hasta el siglo XVI.
  7. Estante 3-B:
        1. Novelas ambientadas desde el siglo XVII hasta el XXI.
        2. Novelistas peruanos (Bayly, Bryce, Roncagliolo, etc.)
  8. Estante 3-C:
        1. Serie For Dummies
  9. Estante 3-D:
        1. Atlas geográficos e históricos
Con este esquema, es mucho más simple realizar búsquedas. Los grandes autores tienen su espacio propio; los ensayos están subdivididos por temática; los textos de historia siguen una cronología lógica; las novelas siguen un criterio parecido y paralelo.

Por ahora funciona; mañana, quien sabe. Se aceptan apuestas.


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