lunes, 16 de abril de 2007

Columbine Reloaded

El dia de hoy iba a hablar de cualquier otra cosa.

Por ejemplo, ayer vi un par de películas bastante buenas, una en particular (Tristan + Isolde) que se metía de lleno en el debate de un post anterior, entre fantasías realísticas y realidades fantasiosas en el cine, y que me estaba dando pie para una segunda entrada al respecto. Pero no.

La otra película era una adaptación literaria, con la particularidad de condensar toda una serie de novelas particularmente apreciada por mí en dos horas de celuloide (Alatriste). Suficiente como para explayarme sobre el grado de síntesis mínimo y máximo soportable en una transposición cinematográfica. Pero no.

Además, el Milan finalmente ha despertado del clima letárgico que lo ha envuelto este año y en una semana se ha asegurado el cuarto puesto en el campeonato y las semifinales de Champions League, por lo que sería justificable gastar un post hablando de sus posibilidades a futuro. Pero no.

Como si no bastara, la noticia de que Bryan Singer dirigirá a Tom Cruise en Valkyrie, donde se narrará el atentado a Hitler de 1944 por mano del Coronel Claus von Staffenberg, me estaba impulsando a hacer un resumen de ese acontecimiento que podría haber cambiado la historia no sólo de la Segunda Guerra Mundial, sino de nuestros tiempos. Pero no.

Y todo por la clásica mezcla explosiva de armas y locura que suele darse en Estados Unidos.

Mientras escribo, el último reporte policial habla de 31 muertos y 29 heridos en un tiroteo en el campus de Virgina Tech. Es el record absoluto para una masacre en un lugar de estudio dentro del país más poderoso del mundo; es más, las dos matanzas que siguen en el ranking (University of Texas en 1966 y Columbine High School en 1999) no logran llegar a ese número ni siquiera sumando sus víctimas.

Un joven de 20 años, que estaba buscando a su novia para matarla, no ha encontrado mejor forma de hacerlo que incluir en el paquete a unas decenas de estudiantes que nada tenían que ver con el asunto. Y claro, todo gracias a Charlton Heston y la NRA, que se baten por el derecho de los americanos de tener en su poder todas las armas que deseen, de manera que, tal como lo demostró Michael Moore, cualquier adolescente loco, en lugar de cortarse las venas o rellenarse de Tylenol o agarrarse a golpes en la calle, termina por comprarse un par de UZI y entrar en raptus de furia medieval contra sus compañeros de clase.

Esta es una de las cosas que no me gusta de Estados Unidos y me genera rechazo a la hora de pensar en ir si quiera de turismo por allá. Por un lado son la nación más avanzada que haya existido sobre la Tierra, y por el otro prohiben la enseñanza de Darwin en las escuelas. Con una mano intentan ser los gendarmes del mundo, y con la otra son incapaces de evitar que 30 de sus jóvenes más brillantes y con futuro mueran gracias a leyes cavernícolas. Es una mezcla visceral de tecnología e ignorancia, de democracia y violencia, de libertades y terrores, que me causa auténtico pavor. Es como dar una pistola en manos de un niño grande y fuerte, pero con pocas neuronas.

Es un día triste. Y desgraciadamente, una vez más dudo que sirva para aprender algo.


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