Antes que todo, mil disculpas por no haber posteado esto ayer, pero los excesos de gula de los últimos tiempos me han jugado una mala pasada. En todo caso mejor tarde que nunca para hablar de uno de esos eventos deportivos que se ven cada veinte años, más o menos. Como es obvio, me refiero al fenómeno metafísico que se ha dado en el Camp Nou de Barcelona el miércoles 18 de abril de 2007, un día que permanecerá en la historia como el momento de la definitiva epifanía de Leo Messi.
En todos los comentarios que he escuchado abundan las comparaciones con el gol de Diego Armando Maradona a Inglaterra en México '86. Efectivamente, es casi una fotocopia: se desarrolla en la misma zona de la cancha, la trayectoria es similar, el número de adversarios eliminados parecido... pero el gol de Messi me parece mucho mejor. Y me parece mejor porque representa perfectamente la evolución del fútbol en las dos décadas que han pasado. Aquí hay un video explicativo (y ojo a los comentarios).
Si observamos el gol de Diego, hay tres cosas que saltan a la vista.
Como decía, la comparación de los goles es efectiva como comparación entre el fútbol de ahora y el de entonces. Hoy en día el crack tiene que ser rápido, manejar las dos piernas, poder cambiar de dirección en carrera para evitar el contacto físico, cada vez más asesino, de los defensas. Antes, bastaba con hacer delicados toques de zurda para mandar la pelota de un lado y el defensa del otro, y poder así avanzar hacia la meta. Eso no basta, actualmente, ni en un amistoso de solteros contra casados de la oficina, cinco contra cinco.
Eso no quiere decir que Maradona no sea un ídolo absoluto y que su gol sea algo tan interplanetario como el de Messi; pero consideremos que Leo tiene 19 años y mucho desarrollo técnico por delante, mientras que el Diego tenía 26 y estaba en el ápice de su carrera.
Como pequeño bonus, les muestro el único gol que para mí es digno de compararse con el de Messi, jugada por jugada, toque por toque. Claro, no está hecho a velocidad supersónica, pero los detalles y filigranas son de otro mundo. Señoras y señores, Zlatan Ibrahimovic en Ajax - NAC Breda del 2004.
En todos los comentarios que he escuchado abundan las comparaciones con el gol de Diego Armando Maradona a Inglaterra en México '86. Efectivamente, es casi una fotocopia: se desarrolla en la misma zona de la cancha, la trayectoria es similar, el número de adversarios eliminados parecido... pero el gol de Messi me parece mucho mejor. Y me parece mejor porque representa perfectamente la evolución del fútbol en las dos décadas que han pasado. Aquí hay un video explicativo (y ojo a los comentarios).
Si observamos el gol de Diego, hay tres cosas que saltan a la vista.
- Uno: ningún inglés intenta un planchazo asesino, más bien lo empujan un poco y buscan un quite pacífico de la pelota.
- Dos: el Diez nunca usa el pié derecho, siempre toca con la zurda.
- Tres: la dirección de carrera de Maradona prácticamente no cambia nunca, a partir del primer dribbling cerca de la línea mediana; luego va con el mismo ángulo hasta el arco.
Como decía, la comparación de los goles es efectiva como comparación entre el fútbol de ahora y el de entonces. Hoy en día el crack tiene que ser rápido, manejar las dos piernas, poder cambiar de dirección en carrera para evitar el contacto físico, cada vez más asesino, de los defensas. Antes, bastaba con hacer delicados toques de zurda para mandar la pelota de un lado y el defensa del otro, y poder así avanzar hacia la meta. Eso no basta, actualmente, ni en un amistoso de solteros contra casados de la oficina, cinco contra cinco.
Eso no quiere decir que Maradona no sea un ídolo absoluto y que su gol sea algo tan interplanetario como el de Messi; pero consideremos que Leo tiene 19 años y mucho desarrollo técnico por delante, mientras que el Diego tenía 26 y estaba en el ápice de su carrera.
Como pequeño bonus, les muestro el único gol que para mí es digno de compararse con el de Messi, jugada por jugada, toque por toque. Claro, no está hecho a velocidad supersónica, pero los detalles y filigranas son de otro mundo. Señoras y señores, Zlatan Ibrahimovic en Ajax - NAC Breda del 2004.
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