No creo que sea una sorpresa que la final de la Copa América la jueguen Argentina y Brasil (en riguroso orden alfabético), tal y como sucedió en el campeonato pasado. Si analizamos con detalle el panorama futbolístico sudamericano de los últimos tiempos, se puede entender por qué.
Si excluimos la eliminación de la albiceleste por mano de Perú en las eliminatorias de México '70, notamos que ambos equipos siempre han estado presentes en fases finales en los últimos 50 años (desde Suecia '58); para entender lo impresionante del asunto, la siguiente mejor racha es la de Uruguay con sólo 4 mundiales consecutivos (de Chile '62 a Alemania '74), seguida por las de Colombia (Italia '90 - Francia '98) y Paraguay (Francia '98 - Alemania 2006). Pero vayamos más allá: desde México '70 Argentina y Brasil son los únicos equipos del continente que hayan llegado a una semifinal mundial.
En los últimos años el gap se ha incrementado: de las últimas 16 ediciones de la Copa Libertadores, 8 han sido conquistadas por equipos brasileños (las últimas 6 por 6 equipos distintos: Gremio, Cruzeiro, Vasco da Gama, Palmeiras, Sao Paulo e Inter) y 6 por argentinos (las últimas 4 por Boca Juniors); y en las últimas 8 copas 13 de los 16 finalistas eran de uno de esos países. Es un panorama sumamente desalentador para los demás competidores, y creo que es de lo más parecido con lo que se ve en el campeonato de Escocia, donde Rangers y Celtic se llevan todo (91 de los 109 torneos disputados) y no dejan ni las migas: chequeen estas listas de campeones escoceses y se darán cuenta que es algo muy similar.
Pero bueno, en este fin de semana se vienen las finales y por lo tanto no puedo eximirme de lanzar mis temerarios pronósticos que, si leen lo que había previsto para los cuartos de final y luego para las semifinales, están perfectamente validados por los resultados. El único error en la última ronda fue afirmar que si Brasil marcaba un gol se acababa el partido: como se sabe, no ha nacido uruguayo cobarde, y los celestes se repusieron todas las veces que estuvieron abajo en el marcador, incluyendo los penales (salvo el último, claro está).
- Uruguay - México (final por el 3° puesto): si hay algo que tengo claro es que estos partidos de consuelo son sumamente impredecibles. Algunos equipos llegan deprimidos, otros hacen jugar a los suplentes, pocos se lo toman en serio. La derrota de Uruguay con Brasil me pareció más dolorosa y por lo tanto más difícil de asimilar que la de México, y si jugaran suplentes, los chicanos tienen de lejos una mejor banca, salvo ese par de impresentables figuretti sobrepeso del Bofo Bautista y Cuauhtemoc Blanco; sin contar que hasta el match con Argentina habían demostrado mucha solidez en todos sus repartos. Con los charrúas nunca se puede decir nunca, pero creo que las cosas están claras. México: 65%; Uruguay: 35%.
- Argentina - Brasil: si no fuera por el amenazador precedente de la Copa pasada (Argentina goleó 3-0 en semifinales y Brasil ganó a Uruguay en penales; Argentina venía con el mejor equipo y era favorita, mientras que Brasil jugaba con un 80% de suplentes; y al final ganó Brasil), apostaría all in sobre la albiceleste. Han jugado mucho mejor en el campeonato, han ganado todos los partidos, han marcado 16 goles y recibido 3, tienen una banca de lujo; Brasil se ha colgado de Robinho para llegar hasta este punto, perdió con México, estuvo al borde de perder con Uruguay en penales. Pero a veces el futbol es injusto y puede suceder cualquier cosa, especialmente en enfrentamientos de estas potencias: así que hay que dejar alguna chance para la canarinha. Argentina: 60%; Brasil: 40%.
Que ruede la pelota.
1 comentario:
mmmm... no lo se, ese sobrenombre de chicanos no me parecio del todo correcto, pero aun asi reconozco que tu estadistica se cumplio. jeeee, el los del paisito se regresaran a beber matecito a su ramblita.
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