lunes, 16 de julio de 2007

La llave

En algún momento mi racha de predicciones de la Copa América tenía que fallar. No fue en los cuartos de final, tampoco en las semifinales, y mucho menos en la final por el tercer puesto. Por lo tanto, sólo quedaba la final y así fue: contra todo pronóstico, Brasil se llevó el trofeo humillando a Argentina con un perentorio 3-0. Con esta, van cuatro de las últimas 5 copas; es decir, la misma cantidad de éxitos que había conseguido en los precedentes 80 años de vida del torneo.

Es un resultado abultado y probablemente exagerado para lo que se vio en la cancha y durante las tres semanas de competencia; pero sin duda alguna justo si se considera que la albiceleste sólo tuvo dos ocasiones de extremo peligro (palo de Riquelme, gran estirada de Doni sobre tiro de Messi). Dunga logró entender la password para penetrar el aparentemente infranqueable edificio de toque y fútbol armado por Basile, probablemente luego de haber estudiado a fondo el primer tiempo de la semifinal contra México, el único momento de todo el campeonato en que los argentinos se encontraron frente a un adversario digno de ese nombre (no consideramos en el análisis el Argentina - Paraguay, que ambos jugaron con suplentes). Los demás equipos (y Perú sobre todos) se cerraron al límite de su propia área, dando tres cuartos de cancha al ballet rioplatense que, por cansancio y prueba y error, terminaba por caer sobre esos incautos como una avalancha.

El huevo de Colón consistía en ahogar a los creadores argentinos armando un dique en la línea mediana, obligándolos a enredarse con sus defensas a la hora de intentar una salida jugada. Brasil tenía a dos volantes de contención puros (Mineiro y Josué), más los aportes de Baptista, retrocediendo de su función de armador, de Dani Alves, poderoso tornante derecho, y de los laterales defensivos Gilberto y Maicon, que se agregaban por los costados conformando un 4-3-2-1 que por momentos parecía más un 2-6-2. Bloqueando la franja central, se desnudaba la banda izquierda argentina, con Heinze y Cambiasso que en toda su carrera combinada deben haber llegado al fondo igual número de veces que Alves en uno de los tiempos de la final. Riquelme y Verón no sabían qué hacer con la pelota, Tevez y Messi vagaban improductivamente, los defensas tenían miedo de rifar la bola o de presionar muy arriba y recibir contragolpes.

El único antecedente más o menos parecido es el de Barcelona - Milan 0-4 en la final de Champions del '94; ahí también teníamos un equipo hiper favorito, que había derrochado buen juego a lo largo del campeonato, jugando contra un conjunto más débil y devastado por las ausencias (en ese caso la enorme dupla central milanesa, Costacurta y Baresi, estaba suspendida). Misma dinámica de juego y mismo resultado: presión alta, cortocircuito de los jugones en el medio, contragolpe. Uno, dos, tres, cuatro.

El módulo de Brasil es muy parecido al empleado por el Milan campeón de Europa de este año: atrás dos centrales seguros son flanqueados por marcadores de proyección; delante a ellos dos volantes de contención protegen a un armador retrasado o mixto, dejando libres a los tres hombres de arriba. Es una buena manera de defender lo más adelante posible, especialmente si alguno de los delanteros apoya haciendo pressing sobre los centrales adversarios, porque el muro constituido por 3 volantes más alguno de los marcadores no es nada fácil de pasar... y aún así falta chocar con el bloque central de la defensa; además, los relevos de los destructores cuando los laterales pasan a la ofensiva son mucho más simples.

No sé por qué, pero me parece que estamos frente a una buena alternativa para Perú en las eliminatorias, porque asumo que en sus 9 partidos de visitante y almenos 2 como local (contra Brasil y Argentina) tendrá que esperar la iniciativa del rival. Los hombres los tiene: la dupla Acasiete - Rodríguez da seguridad en el centro de la defensa; Vargas y Solano pueden garantizar marca y propulsión por los lados; en la delantera Mariño, Ismodes, Pizarro, Guerrero y Farfán pueden ocupar los tres lugares en cualquiera de sus combinaciones. Falta definir el bloque nevrálgico, y no es casualidad que haya sido el punto débil de la última Copa, porque Uribe sólo llevó a Bazalar y De La Haza; este último, más Torres, Cruzado, Cevasco, y hasta Galliquio reconvertido como volante de contención permiten experimentar esta alternativa. Sigo convencido que jugar un 3-4-3 es la mejor manera de emplear las fuerzas existentes, como dije en un post anterior, pero el 4-3-1-2 es una buena opción para partidos defensivos.

Para cerrar en belleza estas semanas de fútbol, un resumen de cierre sobre Venezuela 2007.

Lo bueno:
  1. El juego de Argentina, a pesar de la decepcionante final: por momentos recordó al equipo fantástico de las eliminatorias al Mundial 2002.
  2. Los goles, muchos de ellos memorables: Messi, Suazo y Robinho über alles.
  3. La terquedad de Dunga en jugar con 3 medianos: le funcionó en el mejor momento.
  4. El penal de Abreu en la semifinal frente a Brasil: simplemente mítico (y copiado, ver más adelante).
  5. Ochoa y Doni, grandes revelaciones en el arco: el primero era eterno suplente de Sánchez, el segundo en la Roma no paraba ni un globo (1-7 en Manchester, recuerdan?), pero se conviertieron en estrellas de sus selecciones.
Lo malo:
  1. El fútbol expresado por los países andinos: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile iban con sus mejores elementos y no generaron una gran impresión, aunque los altiplánicos están justificados por iniciar desde un nivel más bajo.
  2. La venta de boletos: si los estadios estaban agotados, por qué se veían tantos espacios?
  3. La falta de reflejos de Basile: mantener a Verón y Cambiasso en la cancha cuando era evidente que los brasileños se los comían parece avalar la teoría de que Johnnie Walker sea uno de sus asistentes.
  4. El Puerto Ordazo: media selección chilena dio rienda suelta a sus instintos básicos en el hotel luego de pasar a cuartos; un par de días después, 6 goles en la bolsa, suspensiones de 20 fechas, dimisiones del entrenador.
  5. Uribe: con eso ya he dicho todo.
Lo feo:
  1. El penal de Riquelme ante México: ok, quería quedar mejor que Messi (golazo cinco minutos antes) y Abreu (penal a lo Panenka en la otra semifinal) juntos; pero tenía que hacerlo en un partido ya cerrado, humillando innecesariamente al rival?
  2. Los delanteros más impresentables de la Copa: Vagner Love jugó bien en la final, pero debe ser el 9 verdeamarelho más pobre del siglo; Cuauhtemoc Blanco anotó de penal, pero la edad y la joroba ya pesan demasiado como para llevarlo a un certamen similar; y sobre todos el Bofo Bautista, sobrepeso, lento, teñido a lo platinette y con vincha, perdido en la cancha, simplemente obsceno.
  3. El look de carnicero mafioso de Don Alfio: esa camisa la lavó entre un partido y otro o no?
  4. La camiseta alterna de los Estados Unidos: prácticamente, el uniforme de Bananas in pyjamas.
  5. El triple play de honor con Hugo Chávez, Evo Morales y el Diez. Lo que nos faltaba...
Nos vemos en cuatro años (salvo que la CONMEBOL cambie idea)... y a desintoxicarse del fútbol, lo antes posible.


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Y los incautos a la fecha son...