Como se nota, últimamente soy monotemático con esto de la Copa América. Pero en fin de cuentas en una semana más todo esto se acaba y volveremos a dar una mirada más allá de los estrechos límites del gramado.
Ayer se concluyó la primera fase. No hubo sorpresas mayúsculas: en fin de cuentas se trataba de eliminar a cuatro equipos de los 12 que participaban; se fueron Estados Unidos (0 puntos, 2 goles a favor y 8 en contra), Ecuador (0 puntos, 2 goles a favor, 6 en contra), Bolivia (2 puntos, 4 goles a favor, 5 en contra) y Colombia (3 puntos, 3 goles a favor, 9 en contra). Los primeros vinieron con un equipo juvenil luego de las fatigas en la Copa de Oro; los otros tres eran a priori inferiores por lo menos a dos equipos de su grupo, por lo que en el mejor caso habrían peleado un cupo como tercero.
La configuración de los cuartos de final es espantosa y por ende digno parto de la CONMEBOL, notoriamente capaz de perpetrar todo tipo de mamarrachos. Sólo a un genio se le ocurriría plantear un fixture en el que dos equipos que acaban de jugar en la primera ronda puedan cruzarse en cuartos: y en esta ocasión les salió por partida doble con Venezuela - Uruguay (0-0 en la primera ronda) y con Brasil - Chile (3-0). A parte, la distribución en las dos mitades del cuadro de las fases a eliminación directa era ya evidentemente desbalanceada. En la parte alta, teníamos al primero del grupo A (Venezuela, casualmente...) contra uno de los terceros y al segundo del grupo B (Brasil, pero seguramente se esperaban que fuera México) contra el tercero restante; mientras que del otro lado chocaban entre sí los dos primeros y dos segundos puestos restantes (Argentina - Perú y Paraguay - México, aunque se suponía que este último fuera Brasil).
La lógica tras esto? Facilitar al extremo el camino de Venezuela, por lo menos hasta la final. Los dos grandes, Argentina y Brasil, deberían haberse encontrado en la otra semifinal, mientras que la vinotinto se las habría visto con uno entre México y los dos terceros no eliminados. Absurdo. Lo más doloroso es que Perú tuvo en sus manos la posibilidad de clasificar primero y aprovechar esa distorsión; en cambio las brillantes ideas de Uribe primero contra Venezuela y luego contra Bolivia nos mandaron de frente al rincón del castigo con los 3 mejores equipos de la Copa (Argentina, México y Paraguay, en ese orden).
Era posible hacer un cuadro más sensato? Por supuesto. Nadie niega el derecho adquirido de que el primero del grupo de Venezuela no tenga que cruzarse con ningún otro equipo campeón de grupo, o que juegue contra un tercero, Pero en ese caso el otro cuarto de final debería estar compuesto por los segundos clasificados de los otros grupos; en el extremo opuesto, los primeros de los dos grupos restantes se encontrarían con el segundo del grupo de Venezuela y el segundo tercero. En resumen, los enfrentamientos serían en el orden, 1°A - primer 3°, 2°B - 2°C, 1°B - segundo 3°, 1°C - 2°A; si se dan cuenta, respecto a lo que hay ahora (1°A - primer 3°, 2°B - segundo 3°, 1°B - 2°C, 1°C - 2°A) simplemente se han intercambiado de posición al segundo tercero con el segundo del grupo C, teniendo dos mitades de cuadro más balanceadas.
Finalmente, bastaba agregar una línea en que se dijera que la posición de los terceros en el cuadro no sería por puntaje, sino evitando que jueguen contra un equipo de su mismo grupo. Con sólo incluir esta aclaración, se habrían ahorrado la vergüenza de los partidos duplicados, porque por lógica Uruguay habría sido enviado a jugar con Brasil y Chile con Venezuela, y todo solucionado. Y si juntamos esto al cambio de posiciones del que hablaba, los cuartos de final habrían sido Venezuela - Chile, Brasil - Paraguay, México - Uruguay y Argentina - Perú; es decir, algo muchísimo más equilibrado.
Pero en fin, vamos a los pronósticos que tan bien se me dieron en la Champions League (y si no lo creen, chequeen este profético post) e imaginemos qué va a pasar.
- Venezuela - Uruguay: el peor de los cuatro cuartos. Los locales no han demostrado nada importante, empataron con Bolivia dejando ventajas defensivas, vencieron a un Perú desordenado jugando con un hombre más casi todo el partido y sin generar muchos peligros, y empataron con los charrúas de forma aburrida y casi acordada. Los celestes por su lado son el peor de los equipos en la segunda ronda, y yo diría que hasta Ecuador y Bolivia hubieran merecido más la clasificación: pasar con un gol a favor y tres en contra no es ningún halago; asumiremos que la culpa de esto es la grave ausencia de Recoba. Si el Chino vuelve y está en condiciones, Tabarez puede volver al clásico 4-3-1-2 y de repente hasta Forlán (gran decepción de la Copa) se pone las pilas; si no, y contando con el respaldo de la tribuna y probablemente de la terna arbitral, las cosas se ponen color de hormiga, o mejor dicho, color vinotinto. Venezuela: 65%; Uruguay: 35%.
- Brasil - Chile: el partido en la fase de grupos tuvo un resultado engañoso, generado por un penal dudoso y dos genialidades de Robinho en el final de partido, luego de que el Chupete Suazo se comiera toda la defensa brasileña y fallara con el arco a disposición. Todo depende de las individualidades, porque las de Chile (el Mati Fernández y González) no han aparecido y Brasil sobrevive a duras penas gracias a Hielo seco Robinho, que lucha solo contra el mundo. Ojo que éste está más parejo de lo que parece... Brasil: 60%; Chile: 40%.
- México - Paraguay: los chicanos son el equipo más sólido y no por nada el único que llega con la valla menos violada (1 gol); y los guaraníes son los siguientes, fuertes atrás y contundentes arriba, quizás más que los mexicanos, contando a Santa Cruz, Cardozo y Cabañas. Todo es posible, pero creo que el Tri tiene algo más, empezando por los arqueros: Ochoa y Sánchez se han alternado con la misma eficacia. México: 55%; Paraguay: 45%.
- Argentina - Perú: desgraciadamente, es el cuarto más fácil de predecir. Argentina siempre fue mi favorito, y por muy buenas razones. Perú ha tenido una parábola descendente causada casi exclusivamente por las decisiones erráticas y testarudas de su entrenador, que ha demostrado ser incapaz de leer los partidos antes, durante y después de los 90'. Las últimas indiscreciones apuntan a que, finalmente, le estaría entrando un poco de razón y utilizaría dos volantes de contención delante a su línea de cinco, con Mariño suelto detrás de los delanteros. Ese era el módulo a utilizar con Venezuela y Bolivia; ahora es demasiado tarde, porque ni el mejor módulo del mundo puede protegerte del juego argentino. Sólo un milagro de aquellos que se dan en el futbol podrían cambiar la historia. Argentina: 85% - Perú: 15%.
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