jueves, 7 de junio de 2007

Cómo defender con 3 y sobrevivir al intento

Y bueno, la amenaza viral prevista en este post se concretó con un día de retraso... pero cayó con intereses, sobretasas y regalías adicionales. Eso pasa por hacerme el héroe y presentarme a trabajar en condiciones patéticas de salud y en el día más frío del año, en el otoño más frío de los últimos 15 años. Whaaaaatever.

Lo único positivo de estar en cama totalmente dopado y sin mayor comunicación con el exterior fue poder hacer maratón de partidos amistosos y de eliminatorias de la Euro 2008, de manera casi ininterrumpida por algunas horas. La experiencia me ha dado todo un nuevo enfoque sobre las posibilidades infinitas de mejorar el desempeño de los entrenadores con sustancias químicas: en fin de cuentas ellos no pasan por el antidoping! Y es que la onda medio tóxica en la que flotaba mi cerebro terminó por permitirme ver con extrema claridad las estrategias de juego planteadas, al punto que era como ver el orden táctico en una pizarra; y lo mejor de todo, en cámara lenta!

El partido que más me interesaba era el Perú - Ecuador, jugado en el Mini Estadi de Barcelona. No tanto por la calidad técnica de los equipos, que es más bien decadente, cuanto por la realización de un viejo anhelo personal: que la blanquirroja juegue finalmente con 3 defensas centrales. Apunte para los que no siguen el fútbol sudamericano: el módulo tradicional peruano desde el alba de los tiempos (en términos de fútbol moderno, no me echen en cara las Olimpiadas del '36 o cosas así) es jugar con 4 en la última línea, dos centrales y dos marcadores laterales; más adelante, un volante de contención, dos volantes carrileros, un diez y dos delanteros. A veces se ha modificado el esquema quitando los carrileros y cambiándolos por un contención y una mediapunta adicional, pero la idea es la misma.

El gran problema es que la idea de que el fútbol peruano es un clon del brasileño se encuentra tan arraigada, que en la última década se ha descuidado enormemente la fase defensiva. Los brazucas pueden hacerlo porque si les meten 5 goles tienen la potencialidad de hacer 6 o 7, pero un equipo notoriamente débil como el nuestro no puede darse ciertos lujos. Sin embargo, la constante ha sido que los dos marcadores laterales sean en realidad carrileros puros retrocedidos sólo formalmente a la última línea, con el evidente inconveniente que a la hora de defender no lo hacen... y en realidad quedan atrás los dos centrales, mismos llaneros solitarios en el medio de la pampa.

Lo gracioso es que en lugar de arreglar eso, las soluciones han ido más por el lado de reducir el peso ofensivo para poblar la mitad de cancha de volantes, a fin de cubrir los espacios dejados por esos carrileros. No es una casualidad que la única vez que Perú estuvo a un paso de ir a un mundial en los últimos 25 años fue en Francia '98, y tampoco fue obra del azar que quedara afuera por diferencia de goles: se jugaba con un 4-4-1-1 terriblemente defensivo... pero siempre con los marcadores que no marcaban.

Siempre he dicho que hay dos soluciones: la primer involucra mantener los 4 atrás, pero con dos stoppers disfrazados de marcadores (Vílchez y Galliquio?), de manera que nunca suban al ataque y formen una línea poderosa atrás. Delante, otra línea de 4, con dos carrileros puros (Vargas y Solano?), un volante de contención que destruya el juego rival y uno mixto que recupere y distribuya, y dos delanteros arriba. Jugaríamos así con 5 y 1/2 jugadores de función defensiva y 4 1/2 de función ofensiva.

El problema de esto es que si algo abunda en el Perú ahora es justamente delanteros de nivel. Hay 3 de jerarquía absoluta (Farfán, Pizarro y Guerrero, en ese orden) y varios suplentes aceptables; en cambio carecemos de manera casi total de stoppers acostumbrados a desempeñarse también como marcadores laterales: los ejemplos citados antes son los únicos que me vienen a la mente.

He ahí que viene al caso la segunda opción, que trae a la cancha 3 stoppers centrales. La gente gime y se duele cuando oye hablar de defensa a tres, porque piensa que significa que esos pobres diablos deberán soportar todo el peso del ataque rival... y nunca parece una buena idea reducir el número de defensas cuando justamente esa fase de juego es la más débil del equipo. Pero hay una verdad del fútbol que dice que no por jugar con más delanteros se es más ofensivo, o por llenarse de defensas se es más defensivo. Ejemplos: el Milan ganador de la Champions jugó sus mejores partidos con una sola punta (Inzaghi o Gilardino), pero con llegadas masivas de los volantes mixtos y de los marcadores; y por otra parte Italia ganó el mundial con un equipo que alineaba un diez como Totti, dos puntas, un mixto como Pirlo, marcadores como Grosso y Zambrotta, un carrilero como Camoranesi... y sin embargo (salvo los suplementarios con Alemania) tenía un planteamiento exasperadamente defensivo.

Estoy convencido que un sistema de 3 atrás puede dar mucho equilibrio a la fase defensiva peruana, sin reducir el frente del ataque. Esto porque permite poner a todos los mejores elementos en sus roles naturales: la línea Rodríguez-Acasiete-Vílchez es indiscutible; Vargas y Solano podrían jugar como carrileros netos, sin tener que preocuparse en exceso por la fase defensiva; y agregando un volante de contención y uno mixto, se podría poner al tridente Farfán-Pizarro-Guerrero, con continuos cambios de posición entre estos últimos. Resultado: seguimos teniendo 5 1/2 elementos defensivos (3 stoppers más el contención, y además mitad del mixto y de los dos carrileros) y 4 1/2 ofensivos, pero con una distribución mucho más lógica en la cancha, y sobretodo sin dejar en la banca a uno de los tres magníficos de arriba. Me parece la solución que mejor se adecúa a los elementos de nivel de la selección: y es que el módulo de un equipo se arma así, desde la posición ideal de sus mejores jugadores y retrocediendo hacia el dibujo táctico.

Me imagino las críticas lógicas a un planteamiento similar. La primera ya la pasé por alto hace unas líneas, respecto a la reducción de fuerza defensiva, demostrando que ésta se mantiene invariada. Otra es que dejo de lado la figura del diez o media punta de creación: la verdad no veo a un sólo elemento nacional de nivel absoluto en esa posición, desde el progresivo declive de Palacios. Algunos más informados me dirán que nadie ha obtenido grandes resultados con un 3-4-3 similar; es verdad, lo más cercano es el 3-4-1-2 que presentaron el Milan campeón de Italia en el '99 o el Brasil campeón del mundo el 2002.

Pero hay alguien que usó antes que todos el 3-4-3, consiguiendo éxitos con un equipo modesto y lanzando la moda que luego adoptarían los equipos citados: Alberto Zaccheroni en el espectacular Udinese de finales de los '90. Y lo traigo a colación porque representa algo muy similar a lo que es Perú ahora: un equipo con evidentes falencias defensivas, pero con delanteros y carrileros de nivel internacional, y un grupo de buenos jugadores en la zona central de la defensa. Si no, analicemos: ese equipo jugaba con Bertotto, Calori y Pierini en la línea a 3 defensiva; tres elementos con experiencia en la máxima división, pero en equipos de poca importancia. Delante a ellos, dos carrileros con gran ida y vuelta como Helveg y Bachini, que llegarían al Milan y a la Juventus, respectivamente, además de un destructor central como Giannichedda y un mixto habíl con la pelota y de buen pase largo como Walem. Y arriba, un tanque de área de valor absoluto (Bierhoff), un brasileño veloz (Amoroso) y un nueve muy oportunista (Poggi). Con un plantel a todas luces limitado, este equipo de provincia llegó tercero detrás de Juve e Inter, clasificando por cuatro años consecutivos a la copa Uefa.

Qué nos enseña esa lección? Varias cosas. Una es la maximización de los recursos técnicos a disposición: si se tienen 3 delanteros excelentes, es absurdo dejar en la banca a uno de ellos para adecuarse a un sistema predefinido; más bien hay que dibujar al equipo empezando desde ellos. Otro detalle importante es que un equipo que no sea una potencia en su entorno tiene necesariamente que aportar más en fase defensiva que en ataque, cosa que el 3-4-3 cumple. Además, un dibujo táctico novedoso como éste es muy difícil de contrarrestar por los rivales, acostumbrados a enfrentarse a aburridos 4-4-2, a marcar a la única punta de los planteamientos más defensivos o a bloquear el 10 adversario para cerrar las fuentes de juego.

El módulo que propongo permite mantener la preocupación en la zaga rival por la presencia de los 3 delanteros; no cede el control de la zona medular al tener 4 elementos alí; es difícil de entrampar al tener salidas de juego por los laterales (con los carrileros), por el centro (con el mixto) o directamente en el área contraria (con los tres delanteros); y los tres stoppers más el volante de contención pueden hacer frente de forma sobrada a un diez y dos delanteros, que es lo máximo que se suele poner en la mesa. Claro, es necesario que los dos vértices del esquema tengan una coordinación absoluta: en defensa siempre tiene que sobrar uno para ir al corte, y en ataque alguien, a turno, tiene que bajar o abrirse a los costados para generar espacios. Pero Perú ahora parece tener los hombres adecuados a este esquema, tiene la necesidad de reforzar su aspecto defensivo y no llega con muchas expectativas por parte de los rivales: es hora de sorprender.

El técnico de la blanquirroja, Uribe, ha adoptado en el partido con Ecuador el módulo con 3 centrales, pero exagerando con las precauciones defensivas, puesto que en lugar del carrilero izquierdo colocó a un stopper (el ya citado Vílchez), obligando a Farfán a una labor desgastante de ida y vuelta; además, en lugar de acompañar al mixto (Bazalar) con un volante de pura contención, puso a un habilidoso (Ismodes), salvo luego cambiar idea y cambiar a ambos por dos destructores de juego. El resultado fue que en la primera mitad Perú dominó en la mitad de cancha ecuatoriana, pero cuando en la segunda se vio atacado no tuvo respuesta; y los cambios en la volante empeoraron la situación, teniendo 7 jugadores en el área y tres delanteros perdidos allá arriba, con una enorme fractura en el medio.

Pero el paso más importante se ha dado, pasar de la defensa a 4 a la defensa a 3; y con los retornos de Vargas y Pizarro, más la esperada, solicitada, necesaria convocatoria de Solano (ya es hora que las rencillas con la Federación se dejen a un lado), el esquema a usar cae por su propio peso. Falta identificar sólo quienes serán los dos elementos del medio de la cancha. Pero algo es algo.

Estoy convencido que esta vez hay materia prima suficiente dentro del campo para dar el gran salto. La pregunta es: la hay en el banquillo? El entrenador dejará de lado su ego y sus temores y se tomará unas pastillitas para ver las cosas claras (?), siguiendo el camino más lógico? Todo el país lo espera. No hay que defraudarlo, una vez más.


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