lunes, 12 de febrero de 2007

Something like a phenomenon

Ayer fue un día especial por muchas razones. Pero hubo una que quizás terminó siendo más significativa que las demás, al menos desde un punto de vista frívolamente deportivo. Ronaldo regresó al fútbol italiano y a la ciudad de Milán, luego de sus años de calvario y gloria en el Inter, pero esta vez para defender los colores del Milan.

No hay nada que no cambie y mucho menos el corazón de una mujer, decía una vieja canción, pero en estos tiempos globalizados donde la pelota es cada vez más un elemento del showbiz, donde por la plata baila el mono, donde hay equipos con un presupuesto mayor al PBI de pequeños estados, bueno, quizás habría que reemplazar a la mujer de ese verso con algún as del balompié.

Un tiempo, habían jugadores símbolo que pisaban por años el mismo gramado, defendiendo una sola camiseta. Creo que de esa estirpe ahora quedan muy, muy pocos higlanders en clubes de nivel mundial: Maldini, Totti, Raúl, Puyol, Gerrard, y creo que paro de contar.

Pero aún más raros son los casos de aquellos campeones que prefieren permanecer en su equipo aún en contra de la lógica económica, que impondría su transferencia a alguna otra parte. El amor a la hinchada, el orgullo o simplemente la pereza de una mudanza más terminan prevaleciendo, oh milagro, sobre la fría ley del billete.

Un caso emblemático es el de Tití Henry, que el año pasado estaba a punto de irse del Arsenal, luego de llevar a sus compañeros de la mano hasta la final de Champions League con el Barcelona, que eventualmente perdieron. Los postores se multiplicaban: Real, Barcelona, Milan, Inter (cuándo no), Chelsea (ídem), todos ofreciendo vagones de oro, incienso, mirra y euros para poder contar con él. Pero en ese momento, destruido por una derrota madurada a finales del match y por el cansancio de una temporada interminable, lleno de decepción y rabia por la ocasión perdida, y esperando la medalla de plata a los pies del podio donde reinaba esa copa que nunca levantaría al cielo, recibió la ovación más larga y poderosa que yo recuerde para un jugador individual.

El día siguiente, Henry renunciaba a un sueldo doble en cualquier otro equipo, y firmaba su prórroga indefinida con el Arsenal.

Pensé que ese sería el último ejemplo que vería en mi vida, y las recientes transferencias de Beckham al fútbol norteamericano y de Figo al árabe, movidos únicamente por la codicia y no por motivos técnicos, parecían darme la razón. Pocos días después, Ronaldo, cansado de sentirse abucheado todos los domingos y ser acusado de obeso y cornudo por medio mundo, anunció que se iría del Real Madrid. Sobre la mesa tenía dos ofertas: un équipo de Dubai pagaría 20 millones de euros al Real, y 9 millones anuales a Ronnie, que en España ganaba 7. El Milan, en cambio, ofrecía 6 millones al equipo y 5 anuales al jugador.

Los directivos madrileños la tenían clara: al diablo el gordo, quedémonos con la pasta de los jeques. Pero él decidió seguir el llamado de su orgullo herido, y jugar con su propia billetera para hacer entender a todos que aún podía ser competitivo en un campeonato de élite. Puso los millones de diferencia necesarios para que el Real Madrid lo dejara ir al equipo rossonero, y aceptó el recorte respectivo de sus honorarios.

El domingo, el jugador antes conocido como El Fenómeno debutó en la Liga Italiana, demostrando haber eliminado el sobrepeso y estar en plena forma, como probaron algunos blitz típicamente suyos, que hicieron temblar la portería adversaria.

Probablemente Ronaldo ya no sea la misma fuerza de la naturaleza que asombró a tirios y troyanos a mediados y fines de los '90s, pero su decisión indica que, llegado a los 30 años, todavía apuesta fuerte por sí mismo. Y en esa desconocida fuerza de carácter y ganas de demostrar algo al mundo es donde parece radicar su excepcionalidad.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

No estaba gordo, lo que pasa es que le blanco engorda, y el blanco merengue ni te cuento.... jajaja

Claudius dijo...

mmmhhh...
y cuando tenía la canarinha en el Mundial?
el amarillo patito también engorda?
pregunta para la posteridad...

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Y los incautos a la fecha son...