martes, 6 de febrero de 2007

Smokes & Mirrors

Siempre me he preguntado qué necesidad tiene el sistema de Hollywood de desarrollar paralelamente películas del mismo tema. Es el peor ejemplo de absurda competencia que se me ocurra.

Rewind:
1. 1988-89, adaptación de Choderlos de Laclos: Valmont vs Dangerous Liaisons
2. 1998, asteroides contra la Tierra: Armageddon vs Deep Impact
3. 1998 (2), hormigas atómicas: Antz vs A Bug's Life
4. 1998 (3), precursores de Big Brother: The Truman Show vs EdTv
5. 2000, la conquista de Marte: Red Planet vs Mission to Mars
6. 2004, romances de la hija del presidente: First daughter vs Chasing Liberty
7. 2005-06, biografìas de Truman Capote: Capote vs Infamous
Y para seguir con el trend, 8. 2006, magos de fin de siècle : The Illusionist vs The Prestige.

Lo único que se consigue, con este sistema kamikaze, es llevar al matadero a ambas cintas, obligadas a soportar comparaciones odiosas, puesto que, salvo contadas excepciones, cada una suele tener algún aspecto superior a la otra; lo cual permite a sus fans montar argumentos para su defensa a ultranza como la mejor del paquete. And war ensues.

Por lo tanto, salgamos del paso lo antes posible. The Prestige es muy superior a The Illusionist. De su parte tiene muchas ventajas, no última de las cuales un budget cuádruple, que le permite un scope definitivamente más amplio, casi épico en su reconstrucción histórica; y obviamente más dinero significa un cast más parejo en cuanto a calidad y star power. Y digo esto sin desmerecer algunas cualidades dignas de notas de The Illusionist: la evocativa fotografía de Dick Pope, la música hipnótica de Philip Glass, la acostumbrada intensidad de Ed Norton, la sorpresiva y competente performance de Jessica Biel.

Pero si he tomado este caso como ejemplo, es porque grafica perfectamente dónde se debe buscar la comparación entre dos películas. The Prestige saca 3, 4, 5 cuerpos de ventaja en el guión. Y ojo, no es nada del otro mundo, pero, a diferencia del que presenta The Illusionist, se siente más trabajado, más denso, más pulido. No dudo que al ser adaptado de una novela, tenía un mejor terreno sobre el cual edificar sus estructuras; su competidor nace como una short story, y eso se evidencia en varios momentos muertos y pasajes estirados más allá de todo límite.

Y es que ese es el meollo del asunto: un film, al igual que cualquier obra narrativa, nace con el objetivo de contarnos algo, de transmitir una historia y las emociones derivadas de ella, y hacerlo bien. Una película con una buena historia siempre será interesante, por más pobre que sea su presupuesto, o desconocidos los actores; pero hasta la más masiva y star studded producción de Hollywood termina cayendo en el olvido si le falta el corazón, y se reduce a un juego de humo y espejos.

P.D.: Se agradece a Luigi Arboccó por haber identificado el caso Truman contra Ed, y a mi hermano Pierluigi por el caso de las hijas del presidente. Buenos datos, que se me habían pasado completamente.



No hay comentarios:

Google
 

Y los incautos a la fecha son...