Spider-man 3 es una película mediocre.
Lo digo de entrada para que no queden dudas acerca de lo que pienso acerca de ella; y es que el 40% de lo que sucede es una repetición de algo ya visto en las dos entregas precedentes (Mary Jane a punto de caer desde una altura enorme? check! Un cameo de Willem Dafoe desde el más allá? check! Otro discurso paporretero y moralístico de la tía May? check! Algún flashback de la muerte del tío Ben? check!), y otro 40% está constituido por una serie de escenas desabridas y sin sentido, generalmente pegadas con coincidencias absurdas (el encuentro de Sandman y Venom en un callejón es insultante para el nivel de inteligencia de un trilobita, imaginémonos para un espectador medianamente pensante).
Queda sólo un 20% que es rescatable: J.J.Jameson y sus pastillas, el maitre francés, el encuentro de Marko con su hija. El problema es que son todas notas al margen de la historia principal, de manera que no logran elevar al conjunto por encima de la extenuación que termina produciendo.
A qué viene todo esto?
Llegando hasta aquí, cualquier lector debe estar preguntándose si hay alguna razón válida para arrancar el post sobre el primer blockbuster de la temporada con un ánimo tan negativo.
Bueno, no hay una razón. Hay poco menos de 150 millones de razones. Una por cada dólar recaudado por la película en su primer weekend en los USA. Holy moly! La cifra representa el record de todos los tiempos para los primeros tres días de exhibición, superando en casi 15 millones el top anterior, Pirates of the Caribbean 2. Ni siquiera me meto con la recaudación a nivel mundial, que se acerca a los 375 millones... prácticamente recupera todos los costos de producción y mercadeo involucrados. Todas las previsiones, incluyendo las mías, en un post anterior, se han ido al tacho. Tal y cual.
Hace años vengo siguiendo la evolución del box office, tratando de obtener algunas conclusiones sobre como funciona y, de reflejo, entender la dinámica mental del espectador promedio que invierte una cierta cantidad de $$$ en desplazarse al multisalas más cercano, comprar pop corn y gaseosa y pasar un par de horas viendo un producto del que generalmente desconoce la calidad. En mis tiempos de relajo universitario llegué al punto de generar una inmensa base de datos con las recaudaciones de los últimos años, a fin de obtener alguna fórmula matemática que me permitiera entender el fenómeno. Cuando al fin pude plasmarla, observé que se basaba en dos simples incógnitas: la recaudación obtenida por la película en sus primeros tres días y el porcentaje promedio de descenso de la misma en los dos fines de semana sucesivos. Con esos datos, se puede preveer con un cierto grado de seguridad cuanto se embolsará una película al final de su vida comercial en la pantalla grande.
Esos factores que entran en la ecuación son extremadamente interesantes, porque desde mi punto de vista indican dos cosas muy distintas. La atracción que genera una película en sus primeros tres días de proyección se basa casi exclusivamente en sus estrategias de marketing, por el obvio motivo que las personas que la han visto antes y pueden dar fe de su calidad son muy pocas y suelen ser críticos especializados, a cuyos artículos no tiene acceso la mayoría de la población. Por lo tanto, lo que una película recaude en el primer weekend no es en absoluto una medida de su calidad o en todo caso de aprecio por parte de quien la ha visto. Y, por lo que dije al principio, Spider-Man 3 confirma esta regla.
Por otra parte, el porcentaje de descenso en la recaudación de las semanas sucesivas sí nos puede dar indicaciones interesantes. Lo normal es que toda cinta tenga un descenso lógico del 50% de una semana a otra, según los datos históricos; esto porque el marketing lleva a que muchos potenciales espectadores se dirijan a los cines en la semana de estreno, y los que no la vieron lo hagan en fechas sucesivas, en cantidad cada vez menor. Si se va por encima de ese porcentaje, la explicación es simple: quien ya fue al cine ha obtenido y difundido una imagen negativa que es transmitida a personas que querían ver la película y terminan desanimándose. Si, en cambio, el porcentaje es menor, hay dos elementos a tomar en cuenta: o bien hay comentarios positivos que llevan a personas que no estaban interesadas en la película a ir de todas formas, o bien quien ya la ha visto regresa una segunda, tercera, cuarta vez.
Queda claro que, entonces, ese porcentaje sí nos dice mucho acerca de la calidad de la cinta tal como es percibida por los espectadores. Como es obvio esto tampoco asegura que la película sea espectacular, pero sí que es del gusto del público. Si uno analiza las tendencias, notará que gran parte de los blockbusters veraniegos resultan sumamente frontloaded, es decir, generan una gran recaudación inicial pero presentan caídas del 60% o más en las semanas sucesivas; cuando una big budget movie consigue un buen punto de partida y mantiene caídas alrededor del 40%, termina siendo una de las más vistas del año, o de todos los tiempos.
Como la información de los porcentajes mencionados no es muy fácil de conseguir, les doy un tip. Un descenso del 50% semana tras semana termina provocando que la recaudación final sea aproximadamente 3 veces la del opening weekend. Si ven una cinta que ha recaudado 4, 5, 6, 10 veces ese botín inicial, quiere decir que indudablemente ha gustado al público; si no llega a triplicarlo, quiere decir que tiene muchos problemas.
Mi predicción es que Spider-man 3 no llegará a ese nivel, que le significaría conseguir 450 millones de dólares y convertirse, por lo tanto, en la segunda película de todos los tiempos, detrás de Titanic (que llegó a multiplicar por 20 ese primer fin de semana!); lo más probable es que se detenga alrededor de los 400 y poco más: los primeros capítulos de la trilogía, mejor aceptados por público y crítica, tuvieron ratios de 3,5, e igualmente no fueron mucho más lejos del límite indicado (404 y 373 millones, respectivamente).
En dos semanas llega Shrek, y una más allá Jack Sparrow & Co. Compararlos por lo que consigan en su primer fin de semana, como hacen muchos, sólo sirve para medir la popularidad de las respectivas sagas o la habilidad de los departamentos de imagen de sus distribuidoras. Analizarlos sólo por su recaudación final no nos diría nada significativo. Pero juntando los dos datos y obteniendo el ratio, ya contamos con un factor de estudio mucho más interesante. Y para eso, habrá que esperar por lo menos hasta principios de julio, cuando las tres cintas hayan terminado su carrera... y cuando los Transformers y Harry Potter tomen su lugar en esta discusión.
Lo que queda, al final, es la pregunta de cuál es el límite que puede alcanzar una película en tres días. Hasta finales de los '80s el record no llegaba a los 30 millones, destruido por Batman en el '89 con 40M. Para pasar los 50 hubo que esperar a Batman forever, en el '95 (52M), pero sólo dos años después The lost world alcanzaba ya los 72. El debut de Harry Potter en la pantalla grande (2001) elevó el record a 90, y el de Spider-man (2002) rompió la barrera de la centena (114M). El año pasado el regreso de los Piratas del Caribe subió el asta hasta los 135 millones, y el resto es crónica de estos días. En pocas horas se tendrán los datos definitivos, y sabremos si se superaron los 150M o si hay que esperar a las próximas semanas o meses para ver superado también ese techo.
Lo que parece inalcanzable, salvo algún fenómeno paranormal, es que se consiga acercar el record de Titanic en recaudación total, poco más allá de los 600 millones de dólares: nadie se ha acercado siquiera a 150M del record, incluso con sagas esperadas y repletas de fans como Star wars o The lord of the rings.
Pero el tiempo pasa muy rápidamente, y todo se vuelve posible.
Lo digo de entrada para que no queden dudas acerca de lo que pienso acerca de ella; y es que el 40% de lo que sucede es una repetición de algo ya visto en las dos entregas precedentes (Mary Jane a punto de caer desde una altura enorme? check! Un cameo de Willem Dafoe desde el más allá? check! Otro discurso paporretero y moralístico de la tía May? check! Algún flashback de la muerte del tío Ben? check!), y otro 40% está constituido por una serie de escenas desabridas y sin sentido, generalmente pegadas con coincidencias absurdas (el encuentro de Sandman y Venom en un callejón es insultante para el nivel de inteligencia de un trilobita, imaginémonos para un espectador medianamente pensante).
Queda sólo un 20% que es rescatable: J.J.Jameson y sus pastillas, el maitre francés, el encuentro de Marko con su hija. El problema es que son todas notas al margen de la historia principal, de manera que no logran elevar al conjunto por encima de la extenuación que termina produciendo.
A qué viene todo esto?
Llegando hasta aquí, cualquier lector debe estar preguntándose si hay alguna razón válida para arrancar el post sobre el primer blockbuster de la temporada con un ánimo tan negativo.
Bueno, no hay una razón. Hay poco menos de 150 millones de razones. Una por cada dólar recaudado por la película en su primer weekend en los USA. Holy moly! La cifra representa el record de todos los tiempos para los primeros tres días de exhibición, superando en casi 15 millones el top anterior, Pirates of the Caribbean 2. Ni siquiera me meto con la recaudación a nivel mundial, que se acerca a los 375 millones... prácticamente recupera todos los costos de producción y mercadeo involucrados. Todas las previsiones, incluyendo las mías, en un post anterior, se han ido al tacho. Tal y cual.
Hace años vengo siguiendo la evolución del box office, tratando de obtener algunas conclusiones sobre como funciona y, de reflejo, entender la dinámica mental del espectador promedio que invierte una cierta cantidad de $$$ en desplazarse al multisalas más cercano, comprar pop corn y gaseosa y pasar un par de horas viendo un producto del que generalmente desconoce la calidad. En mis tiempos de relajo universitario llegué al punto de generar una inmensa base de datos con las recaudaciones de los últimos años, a fin de obtener alguna fórmula matemática que me permitiera entender el fenómeno. Cuando al fin pude plasmarla, observé que se basaba en dos simples incógnitas: la recaudación obtenida por la película en sus primeros tres días y el porcentaje promedio de descenso de la misma en los dos fines de semana sucesivos. Con esos datos, se puede preveer con un cierto grado de seguridad cuanto se embolsará una película al final de su vida comercial en la pantalla grande.
Esos factores que entran en la ecuación son extremadamente interesantes, porque desde mi punto de vista indican dos cosas muy distintas. La atracción que genera una película en sus primeros tres días de proyección se basa casi exclusivamente en sus estrategias de marketing, por el obvio motivo que las personas que la han visto antes y pueden dar fe de su calidad son muy pocas y suelen ser críticos especializados, a cuyos artículos no tiene acceso la mayoría de la población. Por lo tanto, lo que una película recaude en el primer weekend no es en absoluto una medida de su calidad o en todo caso de aprecio por parte de quien la ha visto. Y, por lo que dije al principio, Spider-Man 3 confirma esta regla.
Por otra parte, el porcentaje de descenso en la recaudación de las semanas sucesivas sí nos puede dar indicaciones interesantes. Lo normal es que toda cinta tenga un descenso lógico del 50% de una semana a otra, según los datos históricos; esto porque el marketing lleva a que muchos potenciales espectadores se dirijan a los cines en la semana de estreno, y los que no la vieron lo hagan en fechas sucesivas, en cantidad cada vez menor. Si se va por encima de ese porcentaje, la explicación es simple: quien ya fue al cine ha obtenido y difundido una imagen negativa que es transmitida a personas que querían ver la película y terminan desanimándose. Si, en cambio, el porcentaje es menor, hay dos elementos a tomar en cuenta: o bien hay comentarios positivos que llevan a personas que no estaban interesadas en la película a ir de todas formas, o bien quien ya la ha visto regresa una segunda, tercera, cuarta vez.
Queda claro que, entonces, ese porcentaje sí nos dice mucho acerca de la calidad de la cinta tal como es percibida por los espectadores. Como es obvio esto tampoco asegura que la película sea espectacular, pero sí que es del gusto del público. Si uno analiza las tendencias, notará que gran parte de los blockbusters veraniegos resultan sumamente frontloaded, es decir, generan una gran recaudación inicial pero presentan caídas del 60% o más en las semanas sucesivas; cuando una big budget movie consigue un buen punto de partida y mantiene caídas alrededor del 40%, termina siendo una de las más vistas del año, o de todos los tiempos.
Como la información de los porcentajes mencionados no es muy fácil de conseguir, les doy un tip. Un descenso del 50% semana tras semana termina provocando que la recaudación final sea aproximadamente 3 veces la del opening weekend. Si ven una cinta que ha recaudado 4, 5, 6, 10 veces ese botín inicial, quiere decir que indudablemente ha gustado al público; si no llega a triplicarlo, quiere decir que tiene muchos problemas.
Mi predicción es que Spider-man 3 no llegará a ese nivel, que le significaría conseguir 450 millones de dólares y convertirse, por lo tanto, en la segunda película de todos los tiempos, detrás de Titanic (que llegó a multiplicar por 20 ese primer fin de semana!); lo más probable es que se detenga alrededor de los 400 y poco más: los primeros capítulos de la trilogía, mejor aceptados por público y crítica, tuvieron ratios de 3,5, e igualmente no fueron mucho más lejos del límite indicado (404 y 373 millones, respectivamente).
En dos semanas llega Shrek, y una más allá Jack Sparrow & Co. Compararlos por lo que consigan en su primer fin de semana, como hacen muchos, sólo sirve para medir la popularidad de las respectivas sagas o la habilidad de los departamentos de imagen de sus distribuidoras. Analizarlos sólo por su recaudación final no nos diría nada significativo. Pero juntando los dos datos y obteniendo el ratio, ya contamos con un factor de estudio mucho más interesante. Y para eso, habrá que esperar por lo menos hasta principios de julio, cuando las tres cintas hayan terminado su carrera... y cuando los Transformers y Harry Potter tomen su lugar en esta discusión.
Lo que queda, al final, es la pregunta de cuál es el límite que puede alcanzar una película en tres días. Hasta finales de los '80s el record no llegaba a los 30 millones, destruido por Batman en el '89 con 40M. Para pasar los 50 hubo que esperar a Batman forever, en el '95 (52M), pero sólo dos años después The lost world alcanzaba ya los 72. El debut de Harry Potter en la pantalla grande (2001) elevó el record a 90, y el de Spider-man (2002) rompió la barrera de la centena (114M). El año pasado el regreso de los Piratas del Caribe subió el asta hasta los 135 millones, y el resto es crónica de estos días. En pocas horas se tendrán los datos definitivos, y sabremos si se superaron los 150M o si hay que esperar a las próximas semanas o meses para ver superado también ese techo.
Lo que parece inalcanzable, salvo algún fenómeno paranormal, es que se consiga acercar el record de Titanic en recaudación total, poco más allá de los 600 millones de dólares: nadie se ha acercado siquiera a 150M del record, incluso con sagas esperadas y repletas de fans como Star wars o The lord of the rings.
Pero el tiempo pasa muy rápidamente, y todo se vuelve posible.
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