martes, 22 de enero de 2008

Call me Nostradamus (post nominations)

Bueno, al parecer mis habilidades divinatorias se han extendido al cine, luego de pasearse por el ámbito deportivo, especialmente durante la pasada Copa América y las primeras fechas de la Eliminatoria al Mundial 2010. Sí, porque, como se verá a continuación, a la hora de adivinar las nominaciones a los Oscars de este año le he dado prácticamente a todo lo que se movía... con tres únicas y extrañísimas excepciones. Vamos en orden:

Mejor película: las 3 fijas (No country for old men, There will be blood y Michael Clayton) se dieron tal y cual, pero fui uno de los pocos en atinar la presencia de Atonement: la regla de ganar el Golden Globe para ser nominado sigue vigente... y casi nadie se percató de eso. La quinta, Juno, estaba en mi terna para el último lugar, aunque le preferí Into the wild, pero al parecer Sean Penn le cae mal a mucha más gente de la que pensaba. En resumen, 4.5 puntos.

Mejor director: no podía fallar los directores de los 3 grandes (Coens, Anderson, Gilroy), y acerté el trueque Schnabel x Wright. Nuevamente Sean Penn se jugaba el puesto con Jason Reitman y lo perdía. 4.5 puntos.

Mejor actor: los primeros 4 entraron de plano (Day Lewis, Clooney, Depp, Mortensen), afortunadamente el quinto no fue Denzel (me lo temía), desafortunadamente no fue un joven (Hirsch, Gosling o McAvoy). De la nada, surgió Tommy Lee Jones... y mi primer gran lunar en las predicciones. 4 puntos.

Mejor actriz: canté las nominaciones de Christie, Cotillard y Page, e intuí que Laura Linney se iba a colar por allí desbancando a Keira Knightley. Pero pensé que la Academia tendría un mínimo de gusto y nominaría a Angelina Jolie en lugar de Cate Blanchett... y las cosas se dieron al revés. Segundo revés. 4 puntos.

Mejor actor de reparto: obvio Bardem, obvio Wilkinson, obvio Hoffman, obvio Affleck Jr. Y esta vez en el duelo final Holbrook vs. Dano me lancé por el ganador. Ein plein, 5 puntos.

Mejor actriz de reparto: algo muy parecido a lo anterior, con Blanchett, Ryan, Swinton y Ronan perfectamente aseguradas en sus escaños. La terna por el quinto puesto estaba entre Dee, Keener y Redgrave; me la jugué por la segunda, pero para variar no contabilicé el antipennismo de la Academia, y entró la octuagenaria Ruby Dee. 4.5 puntos.

Mejor guión original: aquí sí le dí a toda la plana. Juno, Michael Clayton, Lars and the real girl, The savages, e incluso acerté al preferir Ratatouille por encima de Knocked up. 5 puntos.

Mejor guión adaptado: no había dudas sobre No country for old men ni There will be blood; pero puedo jactarme de haber adivinado la presencia de Atonement (adaptar clásicos de la literatura inglesa es invencible!) y de The diving bell and the butterfly (a pesar de ser en francés), algo que se les escapó a muchos. Pero no pude evitar caerme de bruces frente al shock del día, la nominación de Sarah Polley por Away from her, que nadie, pero nadie, había visto llegar. Como todos los años, me encantaría dar un vistazo a los resultados finales, pero me imagino que el duelo demócrata/caviar/zurdo entre Penn y Sorkin debilitó a ambos y dejó abierto el camino a la musa de Atom Egoyan, que en su debut como directora consigue 2 nominaciones. Nada mal para ella, tercer error para mí. 4 puntos.

En resumen, de 40 puntos disponibles, 35,5, o el 89%. Me declaraba contento con 30 puntos, he dado un paso más allá.


jueves, 17 de enero de 2008

Esperando a Oscar

Faltan 5 días para el anuncio de las nominaciones a los Academy Awards, y no quiero perder la oportunidad de hacer mi pronóstico. Además, considerando los riesgos inhumanos a los que se enfrenta la Academia este año para la realización de su magno evento, gracias a la intransigencia de productores y guionistas que mantiene en vida la huelga de estos últimos, probablemente sea más divertido ver el anuncio de los nominados (que siempre fue, es y será una conferencia de prensa muy low key) que algún remedo de ceremonia mal ideada y peor ejecutada, como el fiasco de los Golden Globes. Además hay un amplio consenso sobre los probabilísimos ganadores en varias de las categorías más importantes, otro factor importante a la hora de generar suspenso y expectación hacia el día O, que este año será el 24 de febrero.

Como siempre, he llegado a estas alturas con muchísimas críticas leídas y pocas películas vistas; la estrategia de las majors de lanzar sus películas oscarizables en estreno limitado y popularizarlas sólo luego de las nominaciones o victorias termina impidiendo a la gente de a pié tener un panorama preciso. Sin embargo, tantos años siguiendo este asunto me permiten extrapolar conclusiones basándome en los 4-5 film critics de referencia que tengo; ya sé qué cosas le gustan a uno y qué le disgusta al otro, así que cruzando la data a disposición puedo hacerme un escenario bastante realístico y que casi siempre termina confirmándose cuando al fin puedo ver todas las cintas.

Así que vamos con las profecías. En cada una de las 8 categorías principales voy a indicar los 4 nominados seguros (o casi), más los que me parecen se van a disputar el quinto lugar; y si cabe, también anunciaré desde ahora algunos ganadores fijos.

UPDATE: 22/01 01:01.
Luego de escribir este post, decidí no publicarlo para darme tiempo de hacer un poco de investigación estadística. Y los resultados han sido tan evidentes que me siento respaldado por las ciencias y los números... así que voy a dejar constancia de mis predicciones a menos de 7 horas de los anuncios, y eventualmente luego comentaré come llegué a adivinar algunas cosas... o al menos eso espero. Y aprovecharé para adecuar un poco este post con imágenes y links.

Mejor película: Atonement ganó el Golden Globe dramático; desde 1964 eso significa nominación. No country for old men y There will be blood me parecen candidatos fuertes y creo que el star power de George Clooney hará la diferencia a favor de Michael Clayton. El quinto lugar está en lucha entre Juno, The diving bell and the butterfly e Into the wild. Los dos primeros tienen más posibilidades... y creo que la segunda película es la que se cuela a último minuto. Juno tendrá su premio en otra categoría (guión original). Para el premio mayor, pondría mi sencillo (lo que sobrevivió a la bolsa) a los hermanos Coen.

Mejor director: generalmente aquí funciona 4 de 5 respecto a las nominaciones para la película. Los Coens, Anderson y Gilroy son fijos, y si nominan a The diving bell and the butterfly significa que Schnabel se une a ellos; por ende, el que sale es Joe Wright (discutible, pero así son las reglas). Entra Sean Penn (favorito) o Jason Reitman (lo dudo). No me sorprendería que el premio se lo den a Schnabel, especialmente porque los Coens son fijos en Guión adaptado y casi fijos en Película.

Mejor actor: Daniel Day Lewis tiene que ganarlo, ya se lo robaron hace un tiempo (Gangs of New York). George Clooney y Johnny Depp son los ídolos del momento; eso deja dos espacios para Viggo Mortensen, Emile Hirsch, James McAvoy y Ryan Gosling (si lo cuelan a Denzel otra vez, me enojo!). Creo que Viggo tiene las mejores chances, especialmente por el acento (a Di Caprio lo nominaron en Blood diamond sólo por eso); los otros 3 son jóvenes, pero a Gosling ya lo citaron el año pasado y McAvoy todavía no sale mucho de Inglaterra, así que me la juego por el buen Emile. Salvo, como dije, que abran un lugar para Denzel.

Mejor actriz: la ganadora anunciada es Julie Christie. Inglesa, respetada, ex-sex symbol (Doctor Zhivago), plurinominada y para colmo interpretando a una enferma de Alzheimer. En la misma onda de locura debería acompañarla Marion Cotillard como nomination biográfica del año (de Edith Piaf, btw); es inevitable también incluir a Ellen Page por Juno, así que quedan dos sitios. Descartando a Cate Blanchett (la película no la ayuda, y a parte se la juega con todo como actriz de reparto), quedan Angelina Jolie, Keira Knightley y Laura Linney. No sé que tanto amor haya por Atonement, pero me temo que Keira sea la descartada: el papel es muy reducido respecto a las otras dos, que cargan el peso de sus respectivas cintas. Si nominan a Blanchett... it's ham time.

Mejor actor de reparto: todos somos Bardem. Sus pajes en la premiación serán sin duda Tom Wilkinson y Philip Seymour Hoffman, prácticamente amigos de la casa en la Academia, y casi con toda seguridad también Casey Affleck. El último puesto se lo juegan el veterano Hal Holbrook y el novato Paul Dano; en estos casos el documento de identidad suele contar... y los 83 años de Holbrook (contra 23 de Dano) parecen darle el cupo. Y ojo, si entra, es el único que puede robar el premio a Bardem.

Mejor actriz de reparto: la lucha por el Oscar está entre Cate Blanchett y Amy Ryan, y no me decido todavía por una de ellas, aunque mi instinto me dice Ryan (Cate ganó el mismo premio hace muy poco tiempo). Tilda Swinton y Saoirse Ronan también están en bandeja, y el último lugar lo veo muy reñido entre Ruby Dee (plus: la edad, ver caso Holbrook; y si no nominan a Denzel, es la carta de color), Catherine Keener (plus: la nominan siempre) y hasta Vanessa Redgrave (plus: es un caso muy parecido al de Julie Christie, con el extra a lo Judi Dench de hacer mucho en poquísimos minutos). Me la juego por Keener.

Mejor guión original: Juno va a ganar, punto y a parte, que Diablo Cody empiece a escribir su improvisado discurso de aceptación porque tiene que ser el mejor de todos los tiempos (?). Sin duda Tony Gilroy tendrá su justa nominación por Michael Clayton luego de tanto trabajo (?) en la trilogía de Bourne, y Nancy Oliver representará a Lars and the real girl, especialmente si no incluyen a Gosling entre los mejores actores. Tamara Jenkins fue nominada por la WGA por The Savages, clásica actors' movie, así que le concedo un lugar. La duda me queda al final: Ratatouille o Knocked up? Brad Bird lo consiguió con The incredibles y creo que dos comedias en lista son más que suficientes: den paso a la rata.

Mejor guión adaptado: los hermanos Coen ya han hecho espacio para esta estatuilla, la más segura de las 3 por las que compiten con No country for old men. Ídem, en tono menor (es decir, sólo nominación) para Paul Thomas Anderson y There will be blood. Espero que a nadie se le ocurra obviar a Christopher Hampton, y que Atonement sea la tradicional adaptación british que se repite cada año (ejemplos en orden cronológico inverso: The constant gardener, The hours, The talented Mr.Ripley, The end of the affair, The english patient, The wings of dove, Sense and sensibility, The remains of the day, Howards End, A room with a view... y Dangerous liaisons, del mismo Hampton!). Mi última preferencia va a The diving bell and the butterfly, considerando que Ronald Harwood ya se llevó el oro por The pianist hace buen tiempo. Sean Penn por Into the wild y Aaron Sorkin por Charlie Wilson's war se juegan la silla remanente; si al bueno de Sean lo nominan a mejor director, probablemente le quiten esta nominación, a parte Sorkin sigue teniendo un buen crédito gracias a The west wing... así que digo Sorkin.

Bueno, a dormir lo que se pueda, a poner el despertador y a ver qué pasa. Punto para la nominación acertada, medio punto para los que quedaron en balotaje... sobre 40 puntos másximos, no me caería nada mal un 30. Nos vemos mañana con los resultados definitivos.

lunes, 14 de enero de 2008

Es leyenda? - parte III

Llega finalmente a su conclusión el tríptico de posts sobre I am legend. En la primera parte había cubierto los aspectos positivos de la película, en la segunda los problemas relativos a ciertos aspectos discutibles del guión. Ahora es el turno de los dos puntos más polémicos en este blockbuster: los efectos especiales y la innecesaria adición de una temática espiritual / paranormal.

En cuanto a los VFX, hay que distinguir las dos grandes líneas de empleo de tecnología digital en este largometraje, que además tienen un rendimiento completamente opuesto. La menos evidente y mejor lograda consiste en la transformación del espacio urbano de NYC en un ambiente abandonado y en plena regresión hacia un nuevo dominio de la naturaleza sobre el cemento y el asfalto. La primera secuencia, hábilmente encuadrada en una partida de caza de Neville por las calles desiertas, permite empaparse de una atmósfera inquietantemente realística, en medio a rascacielos cubiertos con plástico (inmediatamente recordé el estilo de Christo & Jeanne-Claude), calles repletas de maleza, carteles publicitarios polvorientos y corroídos por el tiempo. A lo largo de toda la película se mantiene una verosimilitud altísima que aporta significativamente a su capacidad de involucrar al espectador en lo que sucede.

Lo que sorprende, en cambio, es el nivel discreto de las animaciones digitales, marcadamente en el caso de los darkseekers, aunque los venados tampoco representan un ejemplo destacado de empleo de CGI. Lo más curioso es que el mismo director ha recalcado en más de una entrevista que originalmente los zombies / vampiros iban a ser representados por actores de carne y hueso con una importante cantidad de prostéticos y maquillaje, al estilo orcos de The lord of the rings, pero el resultado de las pruebas que vio no lo dejó satisfecho; así que, luego de recibir un ingente aumento de presupuesto, se pasó al diseño y realización de esas criaturas por ordenador.

Cuando me enteré de esto, tiempo antes del estreno, tuve mis buenas dudas. El nivel alcanzado por la efectística en los últimos años es sensacional, pero si hay algo que todavía escapa a las garras de la tecnología es justamente obtener una representación vívida del ser humano. No es una casualidad que las dos creaciones digitales más exitosas desde ese punto de vista son sin ninguna duda Gollum y Davy Jones (ambos en las segundas partes de sus respectivas trilogías, la ya mencionada epopeya de Tolkien y Pirates of the Caribbean), que de humano tienen muy poco; otro factor importante es que ambos, dentro de cada película, representan el objeto del mayor esfuerzo de los diseñadores. Cuando, en cambio, es cuestión de tener hordas de humanoides que requieren un tratamiento similar para todos y cada uno de ellos, se cae en los problemas de I,robot o The mummy returns, por no llegar a los extremos de películas completamente animadas como Final fantasy o Beowulf: es imposible brindar a toda la tropa un realismo aceptable para el público, y generalmente se termina con algo homogéneo pero fofo, insípido, notoriamente falso.

Ese es el caso en I am legend. Los darkseekers parecen personajes de una película de mo-cap (como Beowulf) antes que antagonistas creíbles en una película de acción real. Lo más fastidioso del asunto es que el director justificó su decisión de reemplazar make up por CGI no tanto por el look que presentaban, cuanto por la posibilidad de obtener movimientos marcadamente inhumanos. Lo que ha conseguido es algo contraproducente, especialmente en las últimas escenas, cuando un regimiento de vampiros asalta la casa de Neville: parecen clones de Spiderman, trepando por paredes, postes, techos como si fueran superficies horizontales, sin el menor esfuerzo ni una sensación de peso propio, algo que quita un poco la sensación de estar enfrentándose a algo más o menos humano. Se despersonaliza el conflicto y termina reduciendo el impacto de la lucha. Un paso en falso en plena regla.

Pero por más detestable que sea la presentación de los chupasangre, es un pecado venial comparado con el gran problema que impide a I am legend convertirse en algo absolutamente memorable: lo llamo el síndrome de Signs. En el tercer acto de la película, luego de que Neville se encuentra con otros supervivientes, Anna y Ethan, empiezan a darse una sucesión de hechos que poco o nada tienen que ver con lo que se ha venido desarrollando hasta el momento. La introducción no es mala, con un intercambio tenso y bien escrito entre Neville y Anna, que culmina con un punchline amargo de Will Smith, cuando su interlocutora le dice que cree en Dios. Él responde: El Dios? Ese Dios?

En estas palabras se concentra toda la posición que la película ha mantenido: el hombre ha jugado con fuego y ha terminado quemándose. No hubo intervención divina negativa ni positiva durante la propagación del virus, el mundo simplemente siguió sus reglas crueles pero naturales, y la lógica conclusión del proceso es el infierno en el que tienen que vivir. Por eso, cuando Anna responde que ella tiene fe en la existencia de una comunidad inmune en Vermont, o que Dios habló con ella para hacerle oír el mensaje radio de Neville, todos compartimos el escepticismo de éste último y atribuimos esas ideas a las consecuencias de la soledad que ya vimos en toda su dramática extensión durante los diálogos del protagonista con los maniquies de la tienda de videos.

Un segundo después de terminado el diálogo, sin embargo, una alarma comenzó a dispararse en mi cabeza. Recordé la vieja regla de Hollywood, según la cual todos los personajes, eventos o lugares que reciben una atención particular terminan siendo relevantes para la trama. Comunidad inmune en Vermont? Es 100% cierto que la llegaremos a ver antes que termine la película. Y si esto sucede, quiere decir que alguno de los personajes no sólo va a sobrevivir, sino que seguirá la idea de Anna, o mejor dicho creerá a sus palabras y se encontrará con que ella tenía razón. En resumen, la sola mención de ese paraíso incontaminado por la plaga implica que la película está cambiando de bando y admitiendo que Anna tiene algo especial, muy especial; porque en ningún momento ella ha presentado la menor prueba material de esa información, ni siquiera un chisme oído en el barco que la trajo desde Brasil. Bastaba incluir una línea en que ella dijera que se cruzó con un sobreviviente que se lo contó, o que recibió una transmisión similar a la de Robert. Pero no.

Sin embargo, la fuerte oposición de Neville me daba esperanzas. Esperanzas que se hicieron añicos cuando otro hecho mencionado de pasada varias veces durante la película (su difunta hija hace referencia a seguir una mariposa, o algo así), y que por lo tanto debería haberme llamado la atención por la regla citada en el párrafo precedente, reaparece en pleno clímax. Los sobrevivientes están arrinconados por los darkseekers, Neville tiene en su mano el antídoto a la enfermedad, trata de llegar a algún entendimiento con sus enemigos, ve que no hay ninguna posibilidad de alcanzarlo, sabe que tiene a la mano el arma que puede evitar una muerte atroz a sus protegidos. Y en ese preciso instante, nota el tatuaje en el cuello de Anna. Adivinen qué es: exacto, una mariposa.

Así como la moribunda esposa de Mel Gibson en Signs le indicaba con larga anticipación como derrotar una invasión alienígena, así la pequeña hija de Neville (no moribunda pero a punto de partir) daba a su padre la clave para desembrollar la situación y (probablemente) salvar el mundo. Era necesario para la película? No. Era necesario para justificar la voluntad de Neville de sacrificarse para salvar a los otros dos sobrevivientes? No. Era necesario que él, gracias a ese instante sobrenatural, creyera en Anna como para confiarle los pocos mililitros de antídoto que había obtenido? No, no y no. Cualquier héroe lo hubiera hecho sin mayores mensajes del más allá o del pasado, no por nada existe eso de primero mujeres y niños.

Es un elemento postizo, que no aporta nada al desarrollo de la trama, no justifica per se los comportamientos de los personajes, no habita el mismo espacio filosófico de lo que se ha contado hasta ese momento. Por lo tanto, tenía que ser cortado, o mejor dicho nunca tuvo que ser agregado. Mal, muy mal.

Concluyendo, cuento un punto negativo grande y un par de lunares más pequeños. No arruinan todo lo bueno que I am legend ha ido acumulando a lo largo del metraje, pero impiden que alcance cotas de excelencia que por buena parte de su desarrollo demostraba merecer. Will Smith entrega una actuación absolutamente remarcable para una película de género; Francis Lawrence, excluyendo la mala decisión respecto a los darkseekers, se presenta con fuerza como valor a tener en cuenta, especialmente porque demuestra aprender de errores previos; la atmósfera de la cinta está perfectamente lograda; el ritmo es irrefrenable. Con un poco más de atrevimiento, que en este caso implicaba no alejarse mucho del tema principal de la novela, se podía tener algo memorable.


viernes, 11 de enero de 2008

Es leyenda? - parte II

En la primera parte de este estiradísimo artículo, he pasado en reseña los puntos fuertes de I am legend, dejando en suspenso la otra cara de la medalla, es decir los cuatro signos interrogativos que afectan mi percepción final de la película.

Habíamos iniciado hablando de cierto aire refrito en temáticas de la cinta que habían sido presentadas en forma similar por otros largometrajes; se tocó en detalle el parentesco con Cast away y se dejó momentáneamente de lado, para ser tratado de forma independiente y minuciosa, el fatídico y fastidioso parecido con Signs. Por lo tanto, es hora de hablar de 28 days later, que probablemente constituye el espinazo referencial más fácil de identificar.

Lo primero que llama la atención en I am legend es la notable divergencia entre la película y la novela de la cual ha sido adaptada, específicamente sobre el tema de los enemigos que enfrenta Robert Neville. Para Richard Matheson, son vampiros, así de claro; y aunque Neville logre identificar que el origen de su proliferación depende de un bacilo, constituyendo por lo tanto una epidemia, la relación con los chupasangre es clara e inequivocable. Para entendernos, el protagonista es inmune porque fue mordido por un murciélago en Panamá (?), y a lo largo de la novela entiende que la única forma de deshacerse de sus colmilludos asediantes es con un poco de luz solar, estacas puntiagudas y bastante, bastante ajo. Claro, hay toda una explicación médica para esos elementos (la estaca permite el ingreso de aire por las heridas, que causa la muerte de la bacteria anaerobia; el ajo y la luz impiden su replicación) y también para descartar otras armas tradicionales (cruces, espejos, plata). Pero siguen siendo vampiros, con una vena zombie que no desentona (un grupo de ellos son, literalmente, muertos vivientes) y con el aderezo final de una nueva estirpe que no sufre la exposición a la luz solar (elemento importante para un twist en el último acto). Con todo, insisto, vampiros.

Por su parte, 28 days later es a las películas de zombies lo que Batman begins es para los films de superhéroes o Troy para el peplum mitológico; es decir, una mirada cínica y con los pies enraizados en el realismo más literal y sucio a géneros que, en cambio, lindan con fantasías desbocadas. Así como Bruce Wayne, en la visión de Christopher Nolan, se convierte en un heredero problemático y mujeriego que inicia su gesta peleando contra mafiosos y matones de medio pelo o usando gadgets que no siempre funcionan pero tienen un origen preciso y documentado, igualmente Aquiles ya no es el guerrero invulnerable a quien sólo Atena puede detener antes de despanzurrar a Menelao durante su famoso ataque de ira, sino simplemente un marine de la Era del Cobre caprichoso y egocéntrico, para matar al cual no es necesario el consabido flechazo al talón, sino más bien una volea completa de dardos en pleno pecho.

Danny Boyle trasciende la caracterización del zombie como undead y lo convierte en el equivalente humano del perro rabioso, víctima de un virus transmitido a través del contacto con la sangre (no suena a HIV?), que se propaga a la velocidad de la luz luego que unos incautos activistas liberan animales sobre los cuales se estaba experimentando ese patógeno. Como ven, aquí tampoco hay nada nuevo, porque es prácticamente la síntesis de dos puntos presentados en 12 monkeys (commandos ambientalistas que salvan animales de los laboratorios + virus mortal que devasta el planeta), que a su vez era un remake de una película francesa del '62, La jetée... una demostración más que en el cine rigen las leyes universales de la física: nada se crea, nada se destruye, todo se transforma (a veces muy poco).

Pero estábamos hablando de I am legend. Que, para no desentonar, traslada casi verbatim el outline de 28 days later, desde el origen del mal en un laboratorio hasta buena parte de los síntomas de los infectados (por suerte mantuvieron el asunto de la sensibilidad a la luz), pasando por el protagonista viviendo en la metrópolis despoblada (Cillian Murphy camina estupefacto por un puente sobre el Támesis, Will Smith corre en su auto deportivo por Broadway), agregando su rescate a manos de otros sobrevivientes, el contagio y sucesiva y dolorosa eliminación de alguien muy cercano (la perra fiel o el bonachón padre de familia interpretado por Brendan Gleeson), la transmisión de radio que promete seguridad a quien la reciba, para concluir con un final similar, el inicio de una nueva vida, en alguna zona segura y rebosante de verde, por parte de la familia sustituta que el héroe se había constituído durante sus peripecias (la mujer que lo salvó y un niño o niña que perdió a sus padres). No son pocas coincidencias.

Y lo más intrigante del asunto es que todos esos aspectos constituyen diferencias notables respecto a la novela de Matheson. A saber y en el orden: 1. en la novela, la epidemia aparece de forma natural (se cita la intervención de mosquitos!), al punto que se hipotiza que plagas de tiempos pasados eran en realidad una manifestación de la misma bacteria; 2. los vampiros no son seres con pulsaciones aceleradas, agresividad descontrolada, ausencia de rasgos humanos aparentes, sino hombres con colmillos y sed de sangre, e incluso no todos se encuentran en ese estado; 3. Neville no vive en una gran ciudad, y los vampiros no se esconden en huecos oscuros, simplemente duermen en sus casas; 4. ningún sobreviviente aparece para rescatarlo (y su único encuentro con otro humano se revela ser toda otra cosa); 5. el ser querido que queda infectado y debe ser liquidado es su esposa, pero sucente antes del inicio de la narración, mientras que el perro que se encuentra (no es suyo) está enfermo desde el principio y muere por su propia cuenta; 6. no hay ninguna radio en los alrededores, ni mensajes de esperanza; 7. no hay final semifeliz, con supervivientes en plan arcádico, simplemente Neville, el último humano, muere luego de ser capturado y condenado a muerte por los vampiros.

En resumen, a la hora de hacer el pitch, los guionistas tomaron la historia original y la fusionaron sin mayor problema con el script de Alex Garland. Se traslada la acción de Londres a la Gran Manzana, y et voilá! ya tienes tu blockbuster post-vampírico, post-zombie, post-todo. Es algo malo? No necesariamente. La novela es, a mi modesto parecer, inadaptable al medio cinematográfico: muchos monólogos interiores, poca y casi nula acción, adversarios que no generan demasiado temor, final demasiado oscuro y desesperanzador. Había que hibridarla de todas maneras con material nuevo; lo discutible es si no hubiera sido mejor inventar algo original o al límite recuperar elementos de más fuentes, en lugar de reducirse a clonar buena parte de las ideas de 28 days later. O en todo caso, no se podían dejar algunas partes que sí funcionaban?

Mi principal problema al respecto son los darkseekeers. Nunca he sido fan de los zombies que avanzan en cámara lenta, con los brazos extendidos y todo tipo de sonidos guturales (algo que Shaun of the dead satirizó de forma estupenda), pero tampoco teníamos que llegar a estos superhombres capaces de proezas físicas impresionantes, como trepar paredes al mejor estilo Spiderman. Deshumaniza demasiado a los antagonistas e impide mantener en vida el aspecto más revolucionario, dramático y genial de los últimos momentos de la novela, cuando Neville es capturado y descubre que los vampiros han creado su propia sociedad, en la que él es el monstruo que aparece durante el sueño y mata a madres, hijos, esposas, amigos, generando pánico. De ahí el título: para los vampiros, él es la leyenda, el boogeyman, el verdadero vampiro.

Si en cambio tenemos a unos mutantes que comunican con gruñidos, todo este subtexto se hace complicado. Igualmente, pienso que en los minutos finales de la película se está sobreentendiendo que los darkseekers no son tan animalescos como Neville los había pintado, que el líder lo ha perseguido para rescatar a la hembra que él había capturado, que el odio que le profesan está justificado por los raids diurnos en sus alveares, amén de los incontables experimentos fracasados que ha efectuado sobre aquellos que cayeron en sus trampas. Pero el tema no se resalta lo suficiente como para dejar huella, y la impresión generalizada es que simplemente lo buscan para comérselo. Un triste y banal contrapunto a la conclusión subversiva de Matheson, que nos hace reevaluar toda la novela y entender la connotación social y darwiniana de esa lucha entre el último representante de una raza en extinción y la nueva especie dominante.

Lo que es innegable es que, si uno no ha visto 28 days later ni ha leído la novela, se encuentra una historia ágil y convincente, con una lucha por la supervivencia contra monstruos irracionales, fuertes y despiadados. Per se, funciona, y por lo tanto no constituye in toto un punto en contra de la película. Pero sí deja un sabor agridulce el haber desperdiciado la oportunidad de hacer algo mucho más significativo y novedoso, al menos para la pantalla grande, sin reducir el impacto emocional o el peso de la acción.

Como ya hemos tocado el tema del guión, sigamos por ese camino, aunque las áreas oscuras que quedan por tratar, más allá de la representación de los darkseekers y la falta del twist final, son aspectos muy puntuales y que podrían haberse generado también en fase de edición; en casi todos los casos son baches lógicos que podrían solucionarse insertando dos líneas de diálogo o una escena de 30 segundos. Habrá un director's cut? Eso espero...

Por ejemplo, hubiera sido bueno explicitar que el líder de los vampiros tenía una conexión directa con la chica atrapada por Neville (era su hija, su esposa, su hermana, su concubina principal, qué se yo... aunque mi instinto me dice que era la hija), algo que se sospecha por varias cositas esparcidas a lo largo de la película: la reacción exagerada a su captura (exponiéndose a la luz solar, con consiguientes quemaduras); su rol de organizador de la persecución; el hecho de utilizar perros para atacarlo luego de caer en la trampa, en lugar de saltar de frente y comérselo, o de ordenar un ataque masivo de sus minions, casi como si su intención hubiera sido simplemente encontrar la forma de localizar su escondite para ir al rescate de la joven; la actitud que presenta a la hora del enfrentamiento final, impidiendo que los demás se lancen contra su némesis y yendo él mismo al one on one. Claro, la respuesta superficial es que no, son sólo bestias brutales y éste es simplemente el macho alfa de la manada, así que se hace respetar. Lo dudo. Y todo se resolvía incluyendo una mirada significativa hacia la joven tendida en la camilla, antes de empezar a golpear el plexiglass que lo separa de ella.

Otro aspecto intrigante eso cómo diablos llegaron Anna y Ethan a New York, viniendo desde Maryland, y como salieron de ella para huir a Vermont. Me pareció muy claro que se habían volado los puentes de Manhattan y colocado barreras infranqueables justamente para evitar que alguien rompa la cuarantena saliendo o entrando a la ciudad; y de pronto una mujer y un niño mudo, que para empezar están siguiendo una ruta que no pasa por allí, logran entrar y salir como si nada. Mi teoría, y la de otros internautas, es que pudieron usar algún bote o ferry abandonado y transbordar así su camioneta; algo que podía ser mencionado en passant en cualquier momento, quitándonos así esa gran duda, y a los realizadores la acusación de tramposos (?).

No me voy meter con ciertas cosas ilógicas o absurdas, pero que resultan muy convenientes para el desarrollo de la trama: que las cargas explosivas estén tan cerca de la casa de Neville (que, recordémoslo, en la película es un militar y por lo tanto se supone que sabe donde poner bombas!) como para abrir brechas en sus portones de fierro y permitir la entrada de los darkseekers; que la granada que usa al final tenga un efecto incendiario impresionante (justificable si se mostraran tanques de oxígeno por todos lados) y aniquile a las fuerzas del mal al menos hasta la mañana siguiente, para permitir el escape de Anna y Ethan; que éstos lo logren rescatar en el muelle en plena noche y llegar con vida hasta su casa a pesar de las docenas de vampiros que los acechan. Son clichés cinematográficos más o menos respetados, así que criticarlos sería como disparar a la Cruz Roja. Mejor quedémonos con lo que cae completamente bajo la responsabilidad de los realizadores de la película.

Quizás el único punto que requiere más explicación es la trampa que los darkseekers ponen a Neville. Es evidente que éste los había subestimado cuando, después de su primer enfrentamiento, atribuyó la exposición del líder a la luz solar como una muestra de que ha llegado a la última etapa de su regresión al estado animal, al punto de no poder distinguir un riesgo tan evidente. En realidad, como decía, es probable que algo más estuviera motivandolo a salir a la luz, porque durante la película queda constancia que sus cerebros funcionan, y muy bien. Y algo más: dentro de los rangos carapálida, hay un mínimo de jerarquía interna; hay la capacidad de organizar ataques coordinados y eficientes; hay domesticación o por lo menos captura de animales (los perros zombies)... y sobre todo logran replicar las trampas con las que Neville los ha venido acechando día tras día.

No pongo en discusión eso, al contrario, me parece que, como decía antes, mientras más humanos los vampiros mejor, porque se da un paso hacia el tono de la novela y hacia el mensaje final de la misma, donde el protagonista entiende que, para ellos y su estándar de normalidad, él era el malo de la película. Pero hay un punto de la trampa que no cuadra. Y es Fred. En la primera escena en la tienda de videos conocimos a este maniquí encapuchado, parado en la puerta; Neville lo saluda cordialmente, nos quedan grabados su nombre y su apariencia. Cómo se convirtió en la carnada de la trampa?

Una línea de pensamiento dice que todo fue obra del mismo protagonista, un preludio de su intento suicida de pocas horas depsués; él colocó la trampa cerca pero no demasiado cerca a un lugar oscuro, con una cuerda resistente pero que podía ser cortada fácilmente por su cuchillo, él movió a Fred para darle realismo al todo, sólo que le salió el tiro por la culata al golpearse la cabeza y desmayarse por un buen rato, además de caer como un saco de papas sobre su cuchillo. No creo que sea así, porque habría sido algo tan o más loco que atropellar zombies con una camioneta, y él llega a ese punto sólo cuando su única compañía, Sam, muere. Tampoco creo que su grado de locura haya llegado al punto de mover a Fred de su sitio y no recordarlo, o de olvidar una trampa que había colocado tiempo atrás. Imposible.

La lógica, por lo tanto, sería que los darkseekers pusieron la trampa y movieron a Fred. La primera parte es fácil: no era la primera ni la segunda ni la tercera vez que Neville secuestraba a uno de sus similares con esos trucos, por lo que debían haber visto el funcionamiento del mecanismo hasta poder aprenderlo y ponerlo en práctica. Pero la elección de Fred como carnada es otra cuestión. Implica que se hizo un seguimiento en plena regla a Neville durante sus actividades diurnas, para poder identificar su relación con el maniquí y saber que colocarlo en ese lugar habría llamado su atención; no es algo imposible, aunque supone un salto notable en la inteligencia de esos seres aullantes.

Sin embargo, de ser así, buena parte de la estructura de la película se va al tacho, porque si Will Smith se pasa las noches encerrado en su casa, echando lejía en la puerta para que no detecten su olor y midiendo los minutos al aire libre, es porque, como él mismo dice a un cierto punto, los darkseekers no saben donde vive y tiene que evitar a toda costa que eso suceda. Es decir, se asume que sus enemigos no pueden observar sus actividades diurnas, porque de otra manera hubiera sido muy fácil ubicarlo. Y si no pueden seguirlo de día, entonces no pueden verlo en el videostore, por lo tanto no saben de Fred, etc etc... A menos que asumamos que su idea fue mucho más allá y simplemente cogieron la primera cosa antropomorfa que encontraron (casualidades de la vida, era Fred) y la utilizaron, imaginando que Neville, exasperado por su soledad, hubiera buscado contacto con ella. Boh. No se me quita la idea que una mejor carnada hubiera sido la perra, Samantha, que podía haber sido capturada en la incursión del día antes y colocada allí, amarrada pero evidentemente viva, para atraer a su dueño. Pero yo no soy guionista en Hollywood...

En el próximo y último post sobre la película, hablaré de los dos puntos que me quedan por tratar: los efectos especiales y la temática filosófico-religiosa. Cierren las puertas y apaguen las luces.


jueves, 10 de enero de 2008

Es leyenda? - parte I

A la hora de revisar mis ideas sobre I am legend, la última película de Will Smith, me he encontrado con una enorme cantidad de observaciones y apuntes que no puedo evitar trasladar a un post. Hay tanto material de discusión como para armar una tesis doctoral (?), pero aquí intentaré soltar sólo los puntos principales y de la manera más breve posible... aunque me doy perfectamente cuenta que no será suficiente un solo post.

Supongo que para estas alturas casi todos habrán visto la película, pero para los que no lo han hecho y tienen intención de hacerlo, aviso desde ya que este post está cargado de spoilers. En pocas palabras, se van a tocar aspectos muy importantes de la trama que no han sido siquiera rozados en los trailers o en las campañas promocionales, sin contar que se describe la historia en todo su desarrollo, incluyendo el final. Si no quieren arruinar una experiencia virginal a la hora de ir al cine, no sigan. Si ya vieron la película, adelante.

Voy a poner las manos adelante: la película es buena por sí misma, bastante buena para los estándares de un blockbuster hollywoodense, muy buena dentro del género vampiros/zombies/undead/etc. Aún teniendo defectos que limitan su grandeza, y sobre los cuales me voy a explayar, tiene varios puntos a su favor que no pueden desmerecerse, algunos de los cuales derivan de la premisa de la película y por lo tanto de la homónima novela de Richard Matheson que se ha adaptado, y otros de las decisiones tomadas en sede de producción. Vamos en orden.

Como un amigo me dijo comentando la película, en los últimos tiempos las películas de este tipo no son más que slasher movies donde los vampiros o zombies reemplazan al Jason o Freddy de turno; es decir, 3/4 del metraje están abocados a la fuga de los protagonistas y sus sucesivas e inevitables muertes. El enfoque de Matheson, que la película respeta a grandes rasgos, es completamente distinto: la atención está centrada en la psicología de un hombre solitario, asediado, profundamente traumado por la experiencia de vivir un estado de guerra diaria contra enemigos que no tienen más objetivo que su muerte. En la novela esta sensación psicológicamente claustrofóbica está perfectamente representada por los monólogos internos que manejan la narración; en la película se refleja en algo no muy disímil a lo planteado por Robert Zemeckis en Cast Away.

Las similitudes entre los personajes actuados por Smith aquí y por Tom Hanks allá son evidentes. El rasgo principal que los acomuna es que ambos superan su absoluta soledad generando interlocutores donde no los hay: la pelota Wilson en un caso, la perra Samantha y los maniquies en el otro. Y Neville, el protagonista de esta película, es a todos los efectos un náufrago, un Robinson Crusoe varado en una isla donde debe luchar contra el entorno adverso (Defoe también presentaba la amenaza de los caníbales, no lo olvidemos) empleando ante todo la inteligencia para poder sobrevivir. El subrayar este aspecto permite una identificación visceral con el personaje, algo que difícilmente sucede con los grupos de adolescentes cretinos que intentan escapar (sin mayor éxito) del asesino mutante de turno en cualquier otra película de menor calibre. Un punto para Matheson por esa genial intuición y un punto también para los realizadores de la cinta por encontrar la forma adecuada de mantener ese enfoque y transferir la historia a un entorno que le genera mucha más resonancia, pasando de un anónimo pueblo a la Isla por excelencia.

Otro plus de I am legend respecto a sus congéneres se encuentra en la performance del protagonista. Normalmente lo más que se puede pedir a un actor cuando está rodeado por vampiros famélicos es mantener la compostura y un mínimo de inteligencia en sus acciones; un perfecto ejemplo de cómo desenvolverse dentro de estos límites lo brindó Jake Weber en Dawn of the dead, representando a un líder estoico y reflexivo, sin ningún inútil aspaviento. Obviamente Will Smith y la características de su papel van mucho más allá. Creo que nadie duda que Big Willie sea el mejor actor de películas de acción desde el ocaso de Bruce Willis, además de tener una gran conexión con las audiencias y tener una secuencia de éxitos desarmante a lo lardo de doce años de roles protagónicos en la pantalla grande.

Un dato: Smith ha estelarizado 14 películas en este periodo, que en promedio han recaudado en los cines USA poco más de 153 millones de dólares cada una (y ojo, I am legend recién lleva 4 semanas de estreno y va por los 230!); de ellas, las únicas que no han recaudado más de 100 millones han sido 3. En el orden, su debut como estrella (junto a otro big de estos tiempos, Michael Bay) en Bad Boys (1995); un rol menor al de la otra action movie star actual, Matt Damon, en la fallida The legend of Bagger Vance (2000), de Robert Redford; y su primera seria apuesta por el Oscar en Alí (2001). Todo lo demás es bling bling, cash cash, con títulos como Independence Day, Men in black, Enemy of the state, I, robot, Hitch o The pursuit of happyness.

Uno puede discutir ampliamente sobre la calidad de alguno de los títulos, pero no hay dudas que la gente ha encontrado en el ex Fresh Prince un poderoso imán para ir al cine. Pero lo que no se ve detrás de tanto billete verde es que Smith ha ido convirtiéndose en un actor muy efectivo y capaz de expresar un rango no usual en una estrella de su nivel; recordemos, sin ir más lejos, cuando producciones de esta envergadura eran lideradas por Stallone o Schwarzenegger (este último era el designado para protagonizar el guión original de I am legend, hace más de una década). Las cuatro películas que han precedido su último esfuerzo demuestran una versatilidad indiscutible: una película de acción sci-fi (I,robot), un dibujo animado (Shark Tale), una comedia romántica (Hitch) y un drama lacrimógeno y oscarizable (The pursuit of happyness).

En I am legend, Will Smith encarna a la perfección el ánimo atormentado de Robert Neville, recreando todas y cada una de sus aristas caracteriales. Hay momentos donde se percibe netamente el desesperado conflicto de alguien que sabe muy bien que se ha empantanado en un emprendimiento quijotesco y de improbable solución (encontrar la cura al virus), pero que aún no está dispuesto a perder la esperanza; las escenas en la tienda de videos, por su parte, encuentran el balance perfecto entre el descenso a la locura y el reconocimiento de que esa socialidad postiza y artificial que ha creado es necesaria para mantener algún vestigio de humanidad. Incluso en el último (y narrativamente poco satisfactorio) enfrentamiento con los darkseekers, Will termina expresando en pocos segundos un abanico de emociones que creo tiene pocos precedentes en cualquier cinta de intento popcornístico (?). Es una actuación excelente, probablemente la mejor que se haya visto en el género. Como dicen los cronistas, un gol de otro partido.

No puedo dejar de alabar el diseño de producción. Ya hemos visto a New York desierta y deshabitada (por ejemplo en Vanilla Sky), ya hemos visto paisajes urbanos post apocalípticos, incluso por motivos similares a los presentados en I am Legend (pienso especialmente en 28 days later), pero lo que se termina plasmando en la pantalla en esta ocasión es mucho más complejo y articulado. La vegetación que recobra espacio entre el asfalto; los edificios precintados y envueltos en plástico; el billboard de Superman vs. Batman, incluyendo su hipotética fecha de estreno (5-15-10): todo muy bueno, creíble, completo, un mundo aparte donde no desentona un portaaviones anclado en el muelle, con un SR-71 dominando el puente.

La dirección de Francis Lawrence tampoco está mal. En los momentos tranquilos se las ingenia para conseguir algunas tomas notables (sin ir muy lejos, la imagen de Neville acurrucado con su perra en la bañera es icónica), y cuando el ritmo se acelera evita cuidadosamente el quick cut hipercinético al que están adictos todos los secuaces de Michael Bay. Momentos cumbre: el incipit de la película, con la batida de caza en un Ford Shelby GT 500; la angustiante búsqueda de Sam en plena oscuridad, que termina con nuestro primer contacto con los darkseekers; el último flashback, cuando los puentes de la ciudad vuelan por los aires.

Se nota un progreso respecto a Constantine, que en algunos momentos resentía de cierta estética videoclipera, mientras que aquí ya no hay dudas de que Lawrence ha alcanzado otro escalón. Más aún si se toma en cuenta la astucia con que se ha plasmado una película de enorme impacto y scope, pero manejando un criterio de economía envidiable, con pocos actores (menos cheques, menos casting, menos pruebas y preparaciones) y un metraje compacto y reducido respecto al promedio, que por un lado genera ahorros al tener menos escenas con CGI que financiar, y por el otro permite muchas más funciones por día, ergo más recaudación diaria a paridad de afluencia por sala. Kudos a Francis y a sus productores.

Si tuviera que resumir los puntos negativos de la película, se podrían agrupar en 4 aspectos muy precisos y diferenciados: la sensación de deja vu de su premisa; los efectos especiales bastante decepcionantes, especialmente a la hora de dar vida a los darkseekers; ciertos puntos poco explorados o desarrollados por el guión; y la innecesaria adición de implicancias casi sobrenaturales en el último cuarto del film. Así que vamos por partes.

A la hora de elaborar un blockbuster, es muy complicado obtener algo totalmente original. No hablo sólo de la epidemia de franquicias y remakes (y éste es un ejemplo), sino en general de la dificultad de encontrar ideas novedosas y a la vez atractivas para la audiencia. Si miramos a las 10 películas más exitosas del 2007, encontramos 5 franquicias, con las terceras partes de Spiderman (1), Shrek (2), Pirates of the Caribbean (4) y Bourne (7) más la quinta entrega de Harry Potter (5); dos versiones cinematográficas de series animadas de televisión con Transformers (3) y The Simpsons movie (10); y un remake, precisamente I am legend (6). Sólo 300 (8) y Ratatouille (9) han representado algo nuevo en las pantallas, haciendo la salvedad que en el primer caso hablamos de una adaptación de una famosa graphic novel y en el segundo del ya tradicional hit de Pixar, que casi califica como un franchise más. Si esto no es una muestra de la tendencia que está siguiendo Hollywood...

Un ejemplo de esto es el ya clásico juego de resumir una película como combinación de títulos preexistentes o como variación de un elemento de los mismos: Syriana = Traffic + petróleo. Torque = The fast and the furious + motos. Gladiator = The fall of the roman empire + Charles Bronson. Acabo de leer por algún lado que Juno = Napoleon Dynamite + Knocked up. Y extendiendo el análisis a la Tv, Heroes = Watchmen + X-men.

A la hora de resumir I am legend, la cosa se pone complicada, pero ciertamente no por falta de títulos a los cuales hacer referencia, y eso que de plano excluyo las dos precedentes versiones que se han filmado de la novela de Matheson, The last man on earth de 1964 y Omega man de 1971. Yo creo que un 28 days later + Cast away + Signs sería una combinación adecuada: del primero tomarìamos el tema general de la película, del segundo el protagonista aislado y con amigos imaginarios, del tercero el tema de la intervención divina que tanto me fastidia.

De la semejanza con Cast away ya he hablado, y no me parece algo en contra de la película: no había otra forma de representar a un personaje solitario que cayera simpático al público y con el cual éste se pudiera identificar. El punto de contacto con Signs lo dejo para el final, puesto que constituye mi mayor observación a la película. Por lo tanto queda por desarrollar la semejanza con la película de Danny Boyle, que dará el punto de partida al siguiente post de esta serie.

La leyenda continúa...


lunes, 7 de enero de 2008

Winning 11

En menos de un mes este blog cumplirá un año de vida, y entonces será hora de balances, cálculos, champagne, pizza (?), bombones (?), bailarinas exóticas y toda la parafernalia que corresponde para estos casos.

Los 11 meses que han transcurrido desde que, impulsado por ejemplos cercanos, decidí tomarme en serio lo de dejar una huella en la red han sido por lo menos irregulares. Empezamos un poco a tientas, con casi dos meses (hasta el 24 de marzo) en que ni tenía un counter instalado, así que era bastante complicado saber cuántas visitas estaba capturando; sólo 4 días después entraba en función Google Analytics, que me permitía obtener mucha más información sobre el tráfico que se generaba.

Por un tiempo, el flujo de visitantes fue asegurado por una serie de comunidades de bloggers a las que me había afiliado; hasta que, 30 días después, casi todas me cancelaron al darse cuenta que el blog no era en inglés... al parecer me había olvidado de leer ese acápite a la hora de afiliarme. De pronto, las visitas bajaron abruptamente, y entre abril y junio en más de una ocasión me dio ganas de tirar la toalla. No es casualidad que en esos meses hayan comenzado a aparecer los videos musicales, geniales salvavidas que me permitían mantener la frecuencia diaria de posteo sin dedicar mucho tiempo a esa actividad; los artículos veri e propri comenzaron a ser más escasos y espaciados entre sí.

Dos eventos a fines de junio marcaron el cambio de tendencia. Primero, una ola inesperada de visitas, atraída por Depredando sagas alienígenas y explicada en El caso Jovovich, recuperó un número interesante de visitas al blog, permitiendo que, para el 26, se alcanzara el para ese entonces enorme número de 2000 entradas. El mismo día entraba en función la nueva programación de posts para la semana, que mantuvo su vigencia hasta principios de noviembre, cuando decreté el final de esa etapa con bombos y platillos. Si bien en los meses de julio y agosto se regresaría a niveles de tráfico bastante bajos (hubo un par de días en que sólo se dieron 3 visitas!), setiembre arrancó con todo, arrasando records de forma tan rápida que en el post del séptimo mes de vida bloggera aún no entendía lo que sucedía.

Y si se habían necesitado casi 2 meses para acumular 1000 visitas más (recién se llegó a 3 mil el 11 de agosto, y el 1 de setiembre sólo iban 3235), de ahí en adelante no hubo pausas: el 9 de setiembre se alcanzaban las 4000, el 20 las 5000, el 28 las 6000, el 8 de octubre las 7000, el 16 las 8000, el 21 las 9000 y finalmente, el 2 de noviembre se llegaba al pico de las 10 mil visitas, casi en contemporánea con la publicación del post n. 200. De ahí en adelante el nivel se ha mantenido y en dos meses más, al iniciar un nuevo año solar, ya se habían agregado 3000 visitas adicionales.

El alcanzar esa cifra redonda me dio la tranquilidad necesaria para frenar el ritmo de publicación que llevaba y que empezaba a dejarme sin pausas ni tiempo libre; al fin y al cabo, el blog y la masa de contenidos en él almacenados ya caminaba con su propio paso. Así que saqué el pié del acelerador, dándome un espacio, entre otras cosas, para llevar a buen puerto la realización de mi boda. El reencuentro, luego de un hipo de tres semanas, el viernes pasado, me dio muy buenas sensaciones. Hay mucho de qué hablar, y la libertad en la frecuencia de posteo me va a permitir presentar artículos pensados y escritos siempre de la mejor forma posible.

Pero no me voy a adelantar. Primero, el ránking de páginas más vistas.

















Ah, premisa: considerando que en el top 20 hay 12 videos, he decidido que de ahora en adelante ya no será publicada una graduatoria independiente para ellos. El tiempo que me lleva armarla vale infinitamente más que la información extra que significaría incluir esos 8 clips.

La noticia del mes es que por fin alguien desbancó a Chain reaction, que se mantenía al tope desde el 7 de setiembre, siendo el primer post en superar las 100 visitas (y las 200, 300, 400, 500 y 600). 30 seconds to Mars - From yesterday ya se había acercado muchísimo para el mes pasado (estaba a -9, aunque en algunos días previos había operado un sorpasso momentáneo), pero ahora tiene de su lado una ventaja más o menos sólida. Y me expreso en ese sentido dubitativo no por el anterior líder, sino porque quien está tomando un segundo aire y se viene con todo es Hilary Duff - Stranger, que le ha recuperado más de 100 visitas de ventaja en este mes y parece destinado dentro de 30 días a ocupar por lo menos el segundo puesto. Tampoco me sorprendería mucho que Ne-Yo - Because of you se uniera al grupo de los 600+ antes del próximo ránking; por lo menos las 500 visitas están perfectamente a su alcance.

Un dato curioso. Cuando Chain reaction rompió esquemas y récords, yendo a niveles inauditos para los demás posts, quien detenía el primer lugar hasta ese momento, George Michael - Freedom '90, llegó a 97 visitas; el tercero no pasaba de 61. Hoy, como se ve en el ránking, hay 9 posts (contra 2) que alcanzan y superan el primer registro, y 18 (contra 3) que lo hacen con el segundo.

Veo con gusto que, finalmente, algunos posts serios (como la serie de la Antártida, o Valkyrie) se acercan al primer centenar de visitas; creo que es lógico que me produzca mucha satisfacción ver que ese tipo de artículos, con un background de información sólido y el intento de arrojar luz sobre temas no muy conocidos, encuentran un público amplio.

Esa es la idea a futuro, dejar que los videos y las modelos sigan recaudando visitas sobre visitas con sus proprias fuerzas, mientras que yo me dedicaré a generar contenidos nuevos más en la línea informativa y analítica de los temas que mencioné. Ya no hay la presión de conseguir tráfico para el blog, por lo que ahora más que nunca se sustenta trabajar sobre la calidad más que sobre la cantidad. No tengo dudas: ese es el camino por el que tendrá que avanzar El grito del mudo.


viernes, 4 de enero de 2008

Catch up

El tiempo vuela... 3 semanas sin postear son realmente una exageración. Por otra parte, no tuve el tiempo material para hacer nada al respecto, entre los preparativos de la boda, el cierre de año en el trabajo, la sucesión de festividades decembrinas. Un terrible menage-a-trois condenado a cargar todo el stress posible.

De los tres vértices de ese eje del mal (?), dos ya están cancelados (casamiento y fiestas), y ahora me espera limpiar de la forma menos dolorosa posible todo lo que quedó en el aire en esta oficina antes del 31... no es poca cosa. Por otra parte, el primer buen propósito de los newlyweds ha sido iniciar de forma conjunta un exigente entrenamiento físico con el objetivo, dentro de 10 meses, de poder correr en dúo la próxima 10k, luego de mi buena experiencia en formato individual. Esto implica despertarse antes en las mañanas (jogging a distancias progresivamente mayores) y ocupar una porción de tiempo libre en las noches en el gimnasio. Es decir, hasta que no me compre una laptop para poder escribir posts en mi cama, seguiremos con esta especie de racionamiento cuasi soviético, limitado por los milímetros de libertad que puedo abrirme durante la jornada laboral.

Hacer un resumen de estas 3 semanas resultaría en todo caso incompleto y no lograría transmitir las emociones concentradas en tan pocos días. Sólo queda soltar pincelazos aquí y allá, a ver qué pasa. Por ejemplo, ya está en mi poder el famigerado album de cromos de Marco Polo, del que hablaba en un artículo cargado de nostalgia. El impacto con él ha sido por lo menos chocante, digno de un momento classic de Ratatouille (los que han visto la película lo identificarán inmediatamente), especialmente por la cantidad de recuerdos que generaban ciertas imágenes que no estaban tan grabadas en mi mente como otras... y también por darme cuenta que algunas, en cambio, habían terminado transfigurándose de forma radical en los recovecos de mis neuronas. Me imagino que es lo mismo que sucede cuando uno se reencuentra con alguien que conoció en la infancia y del cual no supo ni vio fotos por unos 25 años.

La boda estuvo bien. No se pareció mucho a mi ideal para este tipo de ceremonias, terminó siendo bastante distinta incluso a la que se había planeado hasta pocas horas antes de su realización, por suerte no llegó a los extremos catastróficos que me temía faltando segundos para su inicio. En resumen, algo parecido a la primera reunión con los padres de tu novia: no es para nada como la imaginabas, no sale en absoluto como esperabas, no es tan mala como creías.

En estos casos, consejo a los navegantes, oído a la música, abran bien los ojos: lo importante es entrar con el menor nivel posible de expectativas, todo lo que sea mejor terminará siendo un plus y redundará en una mejor impresión del evento. Es preferible dar por seguro que el coro fallára una armonía, que el sacerdote se equivocará los nombres de los contrayentes, que alguien se desmayará durante la ceremonia, que la comida será escasa, el vino avinagrado, las flores muy poco frescas, las fotos fuera de foco, etc etc etc. Al final, cuando se saquen las cuentas, los puntos positivos serán indudablemente más que esos eventuales lunares, así que todos felices, todos contentos, viva los novios, viva yo (?).

Otro tip: no organicen su casamiento cerca a Navidad y fiestas aledañas. Los proveedores son inubicables y tienen miles de compromisos ya programados y a los cuales no renunciarán jamás para darles un mejor servicio; muchos invitados separaron hace meses sus sombrillas en los mares del Sur y verlos a ustedes vestidos de muñecos de torta no equivale a un buen día de sol, arena y mar; los viajes de luna de miel cuestan una salvajada (redundaré en eso más adelante); las tiendas por departamentos recortan su área de regalos para dar espacio a la campaña navideña, así que los gifts que reciban estarán más repetidos que un capítulo de Friends en Warner Channel; sin contar que los novios llegan al altar con perfiles más redondos que nunca, vista la improvisa e innegable abundancia de panetones y pavos en sus mesas, con tristes efectos para la autoestima de los mismos cuando vean las fotos del magno evento. Eviten todo eso: cásense en la semana más anónima del año que puedan encontrar. Principios de marzo, mediados de junio, fines de setiembre.

Y por cierto, si el sacerdote se olvida de pronunciar el fatídico "Puedes besar a la novia", no duden en tomar las riendas del asunto ipso facto y sin previo aviso. Éxito asegurado con la platea (aplausos, lágrimas, risas, aullidos sofocados), momento Kodak para el álbum de fotos, y la deliciosa y maligna certeza que pocas veces en la vida podrán hacer pasar más vergüenza a su consorte delante a tanta gente, quedando a la vez como todo un émulo de Rodolfo Valentino en el imaginario colectivo de los asistentes.

No me fui de luna de miel. Con 2 días 2 de vacaciones es imposible siquiera pensar en el tema, más allá de que los tour operators revelen su verdadera alma Shylockiana cada vez que se asoma un feriado, dupli/tripli/cuadruplicando los precios sin mostrar el menor rubor. Probablemente durante el año prepare un blitz caribeño, adecuadamente disfrazado de alguna afección respiratoria para los fines de permiso laboral, y será en los días en que un viaje de ese tipo reporte la menor ganacia a las agencias de viajes. Quiero tener el gusto de decir que me dieron el servicio menos redituable para ellos, el que menos galones de gasolina significó para sus autos, el que menos días de colegio pagó a sus hijos. Vive la resistance!

Ganarse la noche de bodas por el volumen de regalos recibidos en la lista de novios: kinda cool. Que esa noche sea en la suite presidencial de un hotel 5 estrellas: definitely cool. Tomarse una botella de champagne de primera en el Jacuzzi de la suite, con vista al parque, inmerso en un mar de burbujas perfumadas, pétalos de rosa y luz difusa: uber-extra-ultra-cool. El reflejo en el espejo de mi sonrisa de absoluta y gozosa satisfacción cuando recuerdo que no estoy pagando ni un centavo por todo eso: priceless. Mastercard, ahí tienes listo un nuevo spot (?).

Mañana este blog cumple 11 meses de vida. El próximo post será el clásico resumen mensual, con ránkings y comentarios; aunque adelanto un punto curioso: en estas tres semanas de ausencia forzada, el blog ha tenido 1305 visitas, en promedio más de 50 por día. No será que me conviene dejar más espacio entre un artículo y otro?

El calor es agobiante. Extraño hundirme en el Jacuzzi olvidándome del mundo. Es hora de volver a trabajar.


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Y los incautos a la fecha son...