Todo es muy inquietante y excesivo, pero a la vez intrigantemente irresistible. El surplus de histrionismos de Gerard Way; la fotografía en blanco y negro; la ecléctica dirección de Marc Webb (responsable también del inolvidable video de The ghost of you, probablemente el mejor de MCR); los ojos negros, enormes, casi tiburonescos de la protagonista, netamente opuestos a su albinismo; la apariencia tan melanística de su contraparte; etc etc. Pero como dije, al final todo es funcional al ambiente creado por la canción, y en eso My Chemical Romance nunca falla.
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