Un nuevo single para el ex de Britney y Cameron... y desgraciadamente se repite el énfasis exagerado en beats de lo más repetitivos, cortesía de su productor Timbaland, que terminan ofuscando sus capacidades vocales y melódicas (mucho más evidentes en el disco anterior), generando una serie de canciones indistinguibles y poco memorables. Pero si hay que rescatar algo de todo esto, es la estructura de la pieza, realmente innovadora y compuesta por dos mitades de estilo completamente disímil, una situación perfectamente capturada también por el video. Por tres cuartos de la track tenemos la clásica y tediosa timbalandeada, al compás de un bajo muy a lo Michael Jackson de principios de los '80s, adecuadamente representada por unos gráficos de frecuencias fantasmales que por extraños e insondables motivos me recuerdan a Tron. Luego entra en escena una guitarra eléctrica ultra slick y la cosa pasa a otro registro, mucho más apacible y casi hipnótico, mientras se nos aparece el seráfico Timberlake sobre un fondo más blanco que spot de detergente para lavadora. No hay duda: el que tuvo la idea para este double face es un genio.
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