martes, 20 de mayo de 2008

Cinemiscellanea

Y se viene un nuevo post omnibus. Esta vez restringiendo un poco el alcance y limitándome a la pantalla grande ( y alrededores). La verdad es que la temporada se viene recargada y con una secuencia ininterrumpida de películas de mayo a agosto, con múltiples retornos (Indiana Jones, Batman, la Momia, Maxwell Smart), algunas ideas originales, otras menos, comics, animación, drama, aventura, de todo un poco. Vamos arrancando antes que se me escape el tiempo.

1. Iron Man
En ausencia de hits extemporáneos en la primavera hollywoodense (como en el caso de 300 el año pasado), toda la expectativa estaba centrada en la (enésima) adaptación de un comic Marvel. Considerando las últimamente decepcionantes entregas de productos similares (Ghost rider, Fantastic Four, Daredevil, Elektra, Hulk, the Punisher), en especial Spider Man 3, de la cual hablábamos hace poco más de un año, las expectativas que tenía en un principio eran relativamente bajas; más aún cuando anunciaron a Jon Favreau como director, alguien que aparentemente no tenía la experiencia para maniobrar un blockbuster de tamaña envergadura. Subieron un poco más con el iluminado casting de Robert Downey Jr., finalmente rehabilitado para el gran público, y de Gwyneth Paltrow, de vuelta al ruedo luego de muchas lunas (y licencias de maternidad).

Lo que hemos obtenido es algo notable cuantitativamente y cualitativamente. En el primer aspecto, hablamos del mejor estreno de una película que no sea secuela desde Spider Man, rozando los 100 millones de $ en tres días, y camino a un total acumulado alrededor de los 260-270 millones (en 19 días ya va en 223); en el segundo, creo que estamos muy cerca de los mejores ejemplos del género (probablemente representado por Batman Begins y X2), a través de una eficaz mezcla de acción desenfrenada, autoironía y deliciosos efectos especiales. Obviamente no alcanza la perfección ni mucho menos, sobre todo debido a la pelea final con el villano de turno, que resulta a) poco original, b) con varios baches de lógica, c) desconectada tonalmente hablando respecto al resto de la película. Igualmente, la decisión de mantener en suspenso quién es el verdadero antagonista hasta 2/3 del film limita el desarrollo de dicho personaje (no voy a decir quién es); un defecto que aqueja también a Jim Rhodes, el mejor amigo del protagonista, interpretado por Terrence Howard, uno de los grandes descubrimientos actorales de los últimos años, notablemente desperdiciado en esta ocasión.

Pero calculando todo, es una película recomendable y una demostración evidente que es posible adaptar comics manteniendo un mínimo de integridad cinematográfica; además de permitir a una audiencia enorme disfrutar el sarcasmo de Robert Downey Jr. en toda su corrosiva efectividad.


2. Speed Racer
Me la perdí, lo confieso. En los días de su estreno estaba de viaje, cuando regresé tenía mucho trabajo, cuando tuve tiempo los horarios de las funciones eran imposibles. Ahora bien, estamos frente al probable peor flop de la temporada, y no creo que todos los que no fueron a verla tengan excusas tan válidas (?) como las mías. Tenía muchas esperanzas puestas en la transposición de un anime icónico para mi generación, más aún en las manos de los Wachowskis, pero al parecer algo se cayó a mitad de camino. Probablemente los excesos visuales pagaron su precio, pero tampoco excluiría que colocar a la película en una fecha complicada (sólo una semana después de Iron Man, una semana antes del retorno de Narnia, dos antes de Indiana Jones) tuvo su buena parte en hundir la recaudación a niveles humillantes (se duda que llegue a 50 millones de $!). Espero recuperarla en dvd y tratar de entender qué pasó.

3. The chronicles of Narnia: Prince Caspian
La primera de la serie no me gustó: muy infantil cuando tenía que ser épica, muy limpia en las batallas, efectos especiales mediocres, actuaciones amatoriales, metáforas religiosas muy mal presentadas. No me esperaba mucho de su secuela e hice bien: luego de verla, la sensación que me queda es más positiva que negativa. Esta vez las peleas se sienten reales y por lo tanto más peligrosas, los actores suenan más convincentes (me divertí bastante con el malo de la película, interpretado por Sergio Castellitto), la ambientación un poco más orgánica, los efectos mucho más pulidos.

Muy rescatable, en este sentido, el extenso duelo entre Miraz y Peter, tanto por su coreografía como por los encuadres subjetivos en él empleados, que dan una idea de la intensidad de la lucha como no se veía desde Aquiles vs. Héctor en Troy. Y con apuntes curiosos y geniales como el break solicitado a mitad de pelea o la conclusión de la misma, bastante sorpresiva.

Quedan algunos asuntos aquí y allá por resolver. La dirección de arte sigue dando la impresión de haber sido contratada en alguna miniserie de Hallmark Channel: hay demasiados ambientes que se ven falsos, postizos, como si alguien hubiera puesto construcciones de cartón en medio a una pradera. Y claro, los animales parlantes... pero eso viene de las novelas, así que voy a limitar mis objeciones a Reepicheep, el ratón espadachín: ya vimos algo parecido con Puss'n Boots, en Shrek 2, un pequeño animalito tierno y dulce pero a la vez mortal con el estoque; y todo esto sería un pecado venial, si no supiéramos que el director de esa película, Andrew Adamson, también cumple las mismas funciones en Prince Caspian! Es un autoplagio de la peor calaña, más aún con un personaje perfectamente prescindible en la narrativa del film.

Y por ahí viene una crítica final, que no es del todo culpa de los realizadores. Hay demasiados momentos de déja vu distribuidos a lo largo del (generoso) metraje: la persecución inicial de Caspian es una copia del escape de Arwen y Frodo, amenazados por los Nazguls, en The fellowship of the ring; y el final de esta última escena, cuando el río Bruinen arrasa con los malos de la película, es muy similar a la forma en que se cierra la amenaza telmariniana sobre Narnia. Ni qué decir de los trebuchets empleados para asediar a los Pevensie, clonados del ataque a Minas Tirith en The return of the king, o a Jerusalén, en Kingdom of heaven. Para no dejar un capítulo de la trilogía de Tolkien sin uso de papel carbón, hay un momento al final del ataque al castillo del rey Miraz en el cual un personaje monta, en carrera, un caballo (o centauro, en este caso) de forma muy similar a como lo hace Legolas en The two towers... ver para creer.

4. Indiana Jones
Sí, no me he equivocado. No me refiero a la última película, Indiana Jones and the kingdom of the crystal skull (no había nada más largo?), que se estrena este fin de semana, sino a la ex-trilogía del arqueólogo más aventuroso de la pantalla grande. En espera de asisitir a su última epopeya, me he dado el gusto de hacer una maratón con las tres anteriores, una detrás de la otra, en un revival ochentero de aquellos. Una experiencia nostálgica y gratificante, por la cantidad de momentos inolvidables que encierran esas seis horas de celuloide. Claro, el tiempo permite ver las cosas con más objetividad, notar errores de continuidad (imperdonable la X marcada en el suelo de la biblioteca de Venecia, importantísima par la trama, que desaparece en el siguiente encuadre, en The last crusade), efectos bastante malos, personajes a veces ridículos, pero queda la sensación de haber presenciado algo memorable. Cosa que últimamente no se puede decir muy a menudo en el cine.

Y ver las 3 películas de corrido ayuda a tener un panorama global de las aventuras de Indiana Jones y su función en las tramas. Si en Raiders of the lost ark eran sus conocimientos los que movían el plot (él sabe dónde está el ídolo de oro, conoce la historia del Arca, tiene claro como encontrarla, deduce que no tienen que observar su furia), en The temple of doom son las coincidencias, a veces increíbles, las que empujan el carro; y en el último capítulo toda la trama, prácticamente, se centra en la información contenida en el diario de su padre. Sigo pensando que la segunda película es netamente inferior a las otras dos, pero la primera me resulta cada vez más ingeniosa de lo que recordaba. Esperemos que la calidad no venga en alternancia como hasta ahora... pero pedir una obra de arte en estos años es pedir mucho. Me acontento con dos horas de entretenimiento inteligente.

5. Lo que queda de la temporada
Luego del retorno de Indy, apúntense lo que sigue: Sex & the city (30 de mayo), Kung fu Panda (6 de junio), The happening y The incredible Hulk (13 de junio), Get smart (20 de junio), Wall-E (27 de junio), Hancock (2 de julio), Hellboy II (11 de julio), The dark knight (18 de julio), X files: I want to believe (25 de julio), The mummy: tomb of the dragon emperor (2 de agosto). Qué tráfico...



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