viernes, 24 de agosto de 2007

Dies irae

Hoy estoy cargando un malhumor de aquellos. Los motivos son múltiples, variados, heterogéneos, independientes. El único punto en común es que me provocan una alergia total hacia el universo.

Por tercer día consecutivo el clima es pésimo, incluso para los trágicos estándares invernales a estas latitudes; las pistas están mojadas (los autos salpican a todo dar a los peatones), las veredas resbalosas (con graves riesgos de lesiones al tobillo y roturas de cadera), los pisos sucios (poner cerámicos claros a la entrada de un edificio no es nunca una buena idea), y todo sin siquiera la liberación de una buena tormenta eléctrica digna de un cuadro de Turner. Sólo una insoportable llovizna salada, el equivalente metereológico del mosquito en el reino animal: su única función es impedir la tranquilidad del ser humano.

Manteniendo el buen nivel de los últimos días, el gobierno vuelve a dar prueba de serios problemas psicológicos. Para agradecer a los extranjeros que vinieron a brindar ayuda a los damnificados por el sismo de la semana pasada, se decide que se les regalará una botella de pisco, el aguardiente de uva epónimo de la ciudad más maltratada por el terremoto. Hasta ahí todo ok. Pero qué nombre particular le darán a este gentil obsequio? Pisco 7.9. Para los desprevenidos, 7.9 fue la intensidad del terremoto. Exquisito detalle. Podrían, como alguien sugiere, llamarlo de una vez Pisco 520, como el número de muertos acertados hasta el momento. Cuidado, podrían hacerlo. pero lo que sí deberían hacer es empalar a quien tuvo la brillante idea, y de paso a toda la cadena de mando que aprobó semejante disparate. Irreal el comentario del presidente: según él eran solo rumores. Qué pena que 4 horas antes su Ministro de Producción había presentado las botellas en una conferencia de prensa.

Siguiendo con el tema del desastre gubernamental, dos perlitas más sufridas personalmente, en vivo y en directo. Number one: después de recolectar exitosamente y en tiempo record 14 toneladas de víveres, ordenando cientos de cajas y cargando dos camiones entre no más de 10-15 personas (las demás tenían "mucho que hacer"), se decide repitir la experiencia, esta vez con materiales y útiles escolares para los niños de las zonas afectadas. Nuevamente, enormes cantidades de donaciones y gran trabajo para los pocos que nos ofrecemos para ayudar en el embalaje de las cosas. Luego de horas de trabajo, la encargada informa que hay que abrir todas las cajas y bolsas listas para enviar: se tienen que contar uno por uno los miles de lapiceros, lápices, borradores, cuadernos, y esto a pesar de existir actas de recepción de lo que se ha llevado. Dice que los órganos de control interno han pedido que se fiscalice debidamente lo que se llevará. Perdooooooooón????? Dónde queda eso de que a caballo regalado etc etc? Y la urgencia ya no existe, como para perder un par de días contando lapiceros? Viva la burocracia!

Number two: la APEC se interesa en la calidad del proyecto que tratamos de sacar adelante a pesar de todas las trabas políticas y gubernamentales imaginables, y decide donarnos $ 200 mil para potenciar nuestro portal. Fantástico: ahorramos al Estado esos recursos; no hay que cobrarlos de los impuestos de los ciudadanos, ni obtenerlos con préstamos del exterior que luego terminan agobiando a las generaciones futuras. Es gratis; happiness all around. La plata llega a las cuentas, está lista para emplearse, sólo falta que nos incorporen ese dinero al presupuesto.

Cuatro meses después, seguimos esperando que la pirámide burocrática sobre nuestras cabezas firme docenas de autorizaciones y aceptaciones formales de la donación. Ojo, todo esto a pesar que el convenio con APEC está firmado por el ministro en persona! Pero los lacayos, protégés, minions que abundan en cualquier entidad estatal tienen que justificar su existencia parásita, aunque sea poniendo trabas a dinero regalado. Se acerca el fin de año, los donantes preguntan qué se hizo con su dinero, empiezan a perder la paciencia. Quién les explica, en buen inglés, que el asesor técnico del secretario general no quiere remitir al departamento legal el visto bueno para la resolución de aceptación de la donación que necesita la oficina de presupuesto del sector para incorporar a los recursos del proyecto el saldo balance de los fondos enviados, porque necesita (?) revisar una copia traducida de la carta con la que se envió el convenio para la firma del ministro? Quién tiene ganas de dar dinero gratis a gente que trabaja así? Yo no... claro, a mí sí me hacen pagar impuestos para pagar los sueldos de esos hijos de buena madre, y no hay nadie que me firme actas de aceptación o fiscalicen esa donación que hago a ese manojo de inútiles. Damn 'em.

Como si no bastara con todo esto, la Bolsa de Valores últimamente tiene unas tendencias de lo más erráticas. Si Wall Street baja y con ella todos los índices de la región y del mundo, lo lógico es que aquí también haya resultados negativos. Claro, se esperaría que estén por lo menos proporcionados. Pero ayer el Dow Jones cerró con-0.01% (no estoy bromeando), lo cual me hacía suponer que mis inversiones bursátiles se mantendrían inmutadas. Pero no. Nuestra bienamada Bolsa baja a -0.73% y con ella los fondos mutuos donde están mis ahorros. Great.

Como si todo esto no bastara, la selección sub 17 peruana gana su último partido de la primera fase del Mundial en Corea con un gol al último minuto. Es el primer combinado nacional, pound for pound, que supera la primera ronda en un certamen global desde 1978, es decir antes que yo naciera. El partido decisivo se juega a las 6 a.m., milagrosamente a una hora aceptable. Me despierto temprano, veo el partido mientras me preparo para venir a la oficina... y faltando 2 minutos para el final tengo que salir para no llegar tarde. Obviamente me pierdo el gol y con él un momento histórico para el deporte nacional.

Detesto mi trabajo y eso no es una novedad; pero haberme perdido ese gol para venir a un lugar dominado por la burocracia y las malas prácticas, donde los pocos que sí trabajamos con un mínimo de buena voluntad y ética nos vemos avasallados por hordas de zánganos y sanguijuelas, con sus normas absurdas y sus ideas estrafalarias ... eso ya es demasiado. Pásenme un pesticida.


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Y los incautos a la fecha son...