martes, 1 de julio de 2008

Eurotrash III

Se acabó la fiesta, ganó España, a por ellos olé oé, a por ellos olé . Indiscutiblemente se llevó la copa el equipo más regular durante el torneo, capaz de ganar todos sus partidos en la primera ronda (uno con suplentes), superar al campeón del mundo en penales (luego de dominar el partido) y arrasar con el equipo revelación del torneo (Rusia) en las semis. Es difícil argumentar que Alemania hubiera sido un mejor campeón; recordemos su derrota frente a Croacia y sus victorias ajustadas sobre Portugal (comprensible) y una Turquía con los hombres contados (mucho menos comprensible).

Voy a saltarme olímpicamente un comentario detallado sobre las semifinales, para ahorrar tiempo, espacio y paciencia de los lectores (?), limitándome a decir que en la primera, Turquía se ganó los galones de campeón moral de la Euro (?), porque, presentándose en el estadio con 2 arqueros y 13 hombres de campo hábiles para jugar (es decir, sólo dos cambios factibles...) y con mitad de su equipo desempeñándose en posiciones no usuales, estuvo a dos minutos de forzar la prórroga. Y ojo, no lo hizo encerrándose en su área, sino manteniendo el control del balón hasta donde le fue posible y lanzando contragolpes devastadores para los troncos germanos. El empate a dos minutos del final parecía definitivo, pero quien piensa que los alemanes están muertos, en cualquier situación o bajo cualquier concepto (pregunténle a los franceses...), es un iluso. Gol de Lahm (???) y adiós sueños de bañar la copa en el Bósforo (?).

En la otra semi, Pavlyuchenko y Arshavin durmieron el sueño de los justos (¿influyeron los observadores de media Champions League en las tribunas?), mientras que España aprovechaba la lesión del Guaje Villa para volver a su esquema natural con el ingreso de Cesc (4-1-4-1) y abochornar a los rusos con una telaraña de pases y tres-goles-tres. Por tercera vez, el milagroso Hiddink agotaba sus poderes frente a la puerta de la final (ya le sucedió con Holanda en el '98 y con Corea el 2002).


La final no tuvo mucha historia, y le echaría la culpa de eso al planteamiento de Löw, o mejor dicho de Ballack, porque es notorio que la idea fue suya. Repasemos: el equipo llega a la Euro con un esquema 4-4-2 muy claro, con Jansen y Lahm (a pierna cambiada, por la derecha) por los costados, Metzelder y Mertesacker repitiendo la dupla central del 2006, Frings y Ballack en el medio, Schweinsteiger y Podolski como wings, y Gomez y Klose como delanteros. Contra rivales débiles o ingenuos (por ejemplo Polonia, en la primera fecha), un esquema similar es devastador por la potencia de fuego que presenta, puesto que en realidad ese módulo en ataque se convierte en un 4-1-1-4 muy difícil de contrarrestar (y más si los laterales llegan al fondo). Pero un equipo más ducho, más vivo, más zorro, como el croata, fue capaz de mostrar al mundo que el rey estaba desnudo... defensivamente hablando.

Las razones son obvias: Lahm por la derecha ofrecía la posibilidad de centros mortíferos al área, pero defensivamente terminaba regularmente en desventaja; Frings no podía humanamente cubrir toda la cancha encontrándose más sólo que un perro en la volante, dejando a las dos torres de la defensa en graves problemas; Ballack no podía desplegarse a gusto, al tener una función mixta, que la edad (o su ego) ya no le permite cumplir al 100%; Podolski se desperdiciaba por el costado, salvo hacer diagonales muy previsibles; Klose se limitaba al rol de segunda punta o assist-man como en el Bayern del último año; y el matador Gomez no mataba ni una mosca.

Löw, inteligentemente, regresaba a lo natural en los dos partidos siguientes, copiando mucho el sistema de Klinsmann del 2006: Friedrich volvía al lateral derecho, devolviendo a Lahm al izquierdo, y Gomez desaparecía del equipo, con Klose retomando la centrodelantera (donde hizo 10 goles en 2 mundiales) y Podolski convirtiéndose en su escolta (rol que lo hizo considerar el mejor joven en la pasad Copa del Mundo). Pero la influencia de Ballack se hacía sentir en el ordenamiento de la mitad de la cancha, donde imponía la presencia de un segundo volante de contención (Hitzlsperger) a fin de dejarlo con cero responsabilidades de marca; se pasaba así a un extraño 4-3-1-2 frente a Austria (con Fritz que reemplazaba al sancionado Schweinsteiger) y a un más claro 4-2-1-3 contra Portugal, con Schweini duplicándose entre líneas con notable efectividad, y Poldi moviéndose por todo el frente de ataque.

Pero ya contra Turquía esta modificación mostraba su debilidad, porque al final toda responsabilidad creativa se cerraba sobre Ballack (los dos volantes de contención no aportaban nada), encargado de abastecer a los 3 terminales ofensivos; una volante más agresiva que la austriaca obligaba a la delantera a retroceder para ofrecer salidas a su capitán, dejando a Klose solo allá arriba y reduciendo su eficacia. Estoy convencido que una Turquía entera hubiera desarmado a Alemania, y fue sólo la improvisación de su conjunto y el cansancio y la tensión acumulada (únicamente pudieron hacer un cambio en los 90', y uno más, de emergencia, luego del 2-3) lo que se lo impidió. Pero obviamente España era otra cosa...

Y para colmo, la lesión de Villa obligó a Aragonés a enmendar el error de base de su planteamiento hasta ese momento. Como dije en un post anterior, España logró clasificar al torneo, luego de un inicio incierto, empleando un 4-1-4-1 repleto de volantes creativos (Silva, Xavi, Cesc e Iniesta), con un solo terminal delantero (Torres) y un solo hombre de contención (Senna). Sin embargo, en los amistosos pre-Euro Villa se demostró en gran condición, obligando al bueno de Luis a incluirlo en el once inicial, sacrificando a Cesc y dejando a Xavi, con funciones mixtas, al lado de Senna, en un 4-4-2 muy definido. El partido con Rusia fue engañoso debido a un resultado amplio, hat trick del Guaje incluido, pero causado en gran parte por un adversario incompleto (Arshavin estaba suspendido) y muy ingenuo. Contra Suecia la historia fue otra, y España no pudo asegurar el resultado hasta el último minuto, demostrando que los dos delanteros se pisaban los pies en el área y que Xavi perdía panorama y conexión con Silva e Iniesta partiendo desde muy atrás. Lo mismo se vio contra Italia (0-0 en 120') y en el primer tiempo con Rusia (también 0-0).

Y en ese momento, Aragonés demostró toda su sabiduría. España tenía que ir a buscar el resultado, al igual que contra Italia, pero en lugar de reemplazar hombre por hombre en la misma posición, incluyendo a Güiza, resolvió volver al esquema anterior, metiendo a Cesc. El resultado le dio la razón y la respuesta a todos sus problemas. Con el Niño como único delantero, quitaba referencias fijas a la defensa rival; además, los dos centrales adversarios estaban obligados a quedar en sus lugares como si marcaran a dos punteros, debido al gran movimiento de Torres y a su facilidad en el mano a mano; se obtenía superioridad numérica en la mitad de la cancha, favoreciendo el traslado de la pelota y las apariciones sorpresivas de algún volante; se facilitaba la labor de Senna, a cuya zona llegaban menos adversarios, demasiado ocupados en protegerse de los cuatro enanos creativos.

Por eso, apenas vi las alineaciones de la final, supe como terminaría: ganaría España, con gran actuación de Torres. No voy a examinar el minuto a minuto, porque salvo contadas excepciones (un remate desviado por Ramos y una dudosa acción de Kuranyi en el final, detenida por el árbitro) todas las acciones de peligro fueron de los rojos. Además del gol, impresionante muestra de velocidad, fuerza y técnica, cuento un palo de Torres, un salvataje sobre la línea de Frings, un gran reflejo de Lehmann sobre desvío de Metzelder, ídem sobre un cabezazo de Sergio Ramos, un contragolpe del Niño clonado de la acción del gol pero sin lograr impactar el balón en el último instante; en el otro arco, Casillas estuvo inoperante los 90'. Los últimos minutos fueron presión improductiva alemana y mucho miedo español (Puyol en particular estaba irreconocible), y el horror estético de ver una final de semejante nivel donde los delanteros en la cancha son Kuranyi, Gomez y Güiza, tres elementos que en sus ligas pueden ser criminalmente efectivos, pero no pintan nada a estas alturas.

Y así España rompió maldiciones, consiguiendo el primer trofeo importante y 100% merecido de su historia... sí, porque la Euro del '64, como todo trofeo conseguido por un local antes de los '80, lo pongo entre paréntesis, comillas, cursivas, y miles de puntos interrogativos, por obvios motivos; además, una copa con sólo 4 participantes en su fase final no era muy representativa. Pero ésta sí, es un Mundial al 80% (le agregaría Brasil, Argentina, y dos más por ahí, y quizás algún repechaje Europa-Resto del Mundo), y lo ganaron sin discusión. Tal vez no tuvieron el fútbol más vistoso (Holanda y Rusia entregaron momentos exaltantes, pero se cayeron), pero contaron (por lo menos en las instancias decisivas) con un esquema que aprovechaba las virtudes de sus solistas y un entrenador muy pragmático.

Si vemos con cuidado y objetividad, en la primera ronda el protagonista indiscutido fue Villa, en los cuartos de final Casillas, en la semifinal Aragonés y en la final Torres. Pero, a mi gusto y por encima de todos, Senna fue el mejor jugador de la Euro por el enorme trabajo de destrucción y generación de fútbol que desplegó, y con el adicional de haber sido el único volante netamente de contención del equipo ganador. Los enanos tuvieron sus altibajos (muy bien Silva contra Italia, Xavi y Cesc contra Rusia, Iniesta contra Alemania) y la defensa fue dispareja: sólido Marchena, regular Capdevila, desordenado como siempre Ramos (si juega así de lateral deja demasiadas ventajas, tal vez sería hora de recolocarlo como central) y extrañamente mal Puyol, que normalmente era el punto fuerte del sector.

Se fue la Euro, se viene el año sin grandes trofeos (2009), y luego el Mundial de Sudáfrica (si se hace allí... hay rumores de posible reemplazo), donde, esperemos, España no se creerá tan favorita como siempre lo hizo, aún teniendo la Euro en el bolsillo: suerte a Del Bosque (reemplazar a un ganador no es fácil, si no que le pregunte a Donadoni), sobre todo en manejar las expectativas ahora desbocadas de las multitudes ibéricas.

1 comentario:

Cristina Costa dijo...

Lo primero: Es "A por ellos oe" no olé, jejeje.
La verdad es que por aqui la euforia fue colectiva, y evidentemente no faltaban motivos. No solo porque era el primer título nacional en 64 años, sino porque además lo ganaron jugando bien, que quizá sea lo más sorprendente. Y mira que yo era la primera en desconfiar, ya lo sabes, pero tengo que reconocer que después del partido de cuartos, levanté el ánimo y decidí ser más positiva, eso si, con la boca pequeña, jaja, no fuera a ser que nos volvieran a dar la patada.

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Y los incautos a la fecha son...